Las tres formas de dirigir un partido y su filosofía
Podemos realizar una clasificación de tipos de árbitros según la forma
de dirigir los encuentros, para ello los hemos dividido en tres: los “juristas”
del Libro de Reglas, autónomos y una combinación de ambos.
- Los juristas del Libro de Reglas son hipercríticos. Memorizan
las reglas, pueden citar todas las reglas sin vacilar y son
predominantemente colegiados reaccionarios. Cuando ven que algo
sucede, reaccionan rápidamente, aplican la regla en todas las situaciones
y pasan a la siguiente jugada. Son analíticos en su enfoque
oficiante, casi de ingeniería, nunca una variación.
- Los autónomos no son tan versados, y
generalmente estudian las reglas solo cuando tienen que hacerlo. Siempre
intentan "hacer lo correcto", sin importar lo que diga el
reglamento. Se comunican más eficazmente con jugadores y entrenadores. Ellos
pasan sus juegos usando el sentido común y la inteligencia.
- Los árbitros de combinación son lo mejor
de ambos mundos, fusionando los rasgos positivos de los otros
dos. Conocen las reglas, las aplican sabiamente y se comunican
efectivamente, tienen "una filosofía de oficio equilibrada".
En términos generales, nuestra filosofía define quiénes somos como colegiados,
cómo manejamos situaciones de juego y cómo se juegan los juegos que oficiamos.
Controlar el juego es lo más importante. La forma en que un
oficial puede controlar el juego depende de su filosofía y calidad mental
relacionada con la apariencia, la comunicación, el método para manejar
conflictos y cómo se comportan en situaciones difíciles. Para la mayoría
puede llevar años desarrollarse y, ciertamente, su filosofía cambia con el
tiempo a medida que madura. Los colegiados deben tener la sabiduría y el
conocimiento de las reglas para tomar decisiones que mantengan el bien de su
deporte al frente.
Las personas equilibradas
tienden a ser colegiados equilibrados. Esos son los colegiados que
pueden manejar la interpretación y la aplicación de las reglas, pero no se
consumen con las reglas en la medida en que el juego sufra.
Tener una filosofía equilibrada te permite ver toda la jugada, tomar
toda la información apropiada, demorar la decisión una fracción de segundo para
decidir si la acción tuvo un impacto positivo o negativo en el juego, luego sancionar
o no. En general, los colegiados equilibrados dejan que el juego les
llegue, tienen buenas habilidades de comunicación y se llevan bien con todos
los involucrados en el juego.
También hacen pequeños ajustes en su filosofía, no solo a lo largo del
tiempo a lo largo de su carrera, sino también de acuerdo con el nivel de juego
que están trabajando. Por ejemplo, un fallo en un juego juvenil
probablemente no se aplique de la misma manera en un juego de mayor nivel.
Parte de la capacidad de oficiar es que las reglas funcionen dentro de
la situación del juego.
Fuente: REFEREE
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