Cinco años sin jugar por la agresión al árbitro Samuel de Haro
Los futbolistas del primer equipo juvenil del Club Deportivo Mediterráneo de Cartagena Carlos González Blaya y Alberto Morcillo Cegarra, ambos de 18 años, han sido suspendidos para competir durante cinco años y, desde ayer, ambos soportan una orden judicial de alejamiento por la agresión al árbitro Samuel de Haro, quien sufrió la fractura de la mandíbula, como consecuencia de los golpes recibidos en el minuto 86 del partido de Liga Nacional juvenil entre el CD Mediterráneo y el Real Murcia, disputado el pasado martes 6 de mayo.
Anteayer, nueve días después de la agresión y tras la denuncia presentada por el abogado del Comité de Árbitros, agentes de la Policía Nacional detuvieron a los dos jugadores y a un tercer individuo, un aficionado que saltó al campo ebrio y derribó con un fuerte puñetazo al árbitro. Los tres pasaron la noche en el calabozo y ayer el titular del juzgado de instrucción número 5 de Cartagena, en funciones de guardia, les tomó declaración.
Les ha impuesto de forma cautelar una orden de alejamiento de 300 metros, les imputa un delito grave de lesiones y los tres quedan pendientes de un juicio rápido que se celebrará en los próximos días, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia.
Además, la Federación de Fútbol de Murcia (FFRM) anunció ayer que una vez vista el acta y otros documentos, el juez de competición ha acordado la suspensión de los dos jugadores por cinco años y se da por terminado el encuentro con el resultado de 0-3 a favor del Real Murcia B. La federación intentó incluso castigar de por vida a los dos jóvenes jugadores, con la idea de que la sanción fuera la más ejemplar de la historia en el fútbol nacional. Al final, no lo consiguió.
Según la resolución, las sanciones a ambos futbolistas se han adoptado por «agredir al árbitro llevando a cabo la acción con inequívoco propósito de causar daño y originando el hecho lesión de especial gravedad».
Además, se especifica que Carlos Jesús González es reincidente y que se ha acordado una multa al CD Mediterráneo «por actos notorios y públicos que atenten a la dignidad o el decoro deportivo».
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