"Hasta a los alevines les llamaba de usted"
José María Sánchez Martínez, colegiado lorquino de 27 años con diez temporadas arbitrando, ha conseguido el ascenso a la Segunda División del fútbol español, tras un paso fugaz por la Segunda B. Quedó quinto en la clasificación de la Escuela Nacional de Árbitros de Fútbol con una calificación de 9.80.
Sus comienzos en el mundo del fútbol fueron en el otro extremo, como jugador, pero “con 17 años nos dieron un curso de captación de árbitros en el instituto y un grupo de amigos decidimos apuntarnos”. Aquí comenzaría su idilio con el silbato que le ha llevado a ser el único árbitro principal murciano en Segunda -tras el descenso del también lorquino Bernabé García-.
Los primeros partidos que dirigió fueron de fútbol base con buenos recuerdos, "no tenia carné de conducir y mi padre me llevaba en coche, quedándose a verme para así ayudarme después a corregir los fallos". Poco a poco ascendió de categoría hasta situarse en el Grupo XIII de la Tercera División, en la que estuvo dirigiendo partidos durante cinco años antes de su ascenso a Segunda B, y a Segunda posteriormente.
El último partido que arbitró fue el Alcoyano-Éibar de la promoción de ascenso a Segunda División, “no es el más importante que he pitado, para mí todos son igual de importantes”, dice el colegiado murciano insistiendo en que tampoco “ha sido el más difícil, cada uno tiene su dificultad”, el árbitro “debe mantenerse en un segundo plano”.
No tiene problemas con el público a la hora de arbitrar, “los aficionados sólo quieren lo mejor para sus clubes” o con los entrenadores, que “hacen su trabajo; además en los cursos de entrenador reciben clases sobre el reglamento”. Tampoco los jugadores son un problema para el murciano, a pesar de que muchos le superan en edad y experiencia: "Los trato con mucho respeto y hablando de usted incluso a los alevines. El respeto entre los profesionales se debe llevar ante todo".
Algunos de los árbitros españoles, cuando ascienden de categoría, dejan sus trabajos para dedicarse exclusivamente a dirigir encuentros, pero para Sánchez Martínez no es una opción: "No voy a dejar mi trabajo por estar en Segunda, puedo compaginar afortunadamente las dos cosas”.
El nivel del arbitraje en España es alto. Uno de los árbitros favoritos del ‘trencilla’ murciano es Undiano Mallenco, que representó a España en el Mundial de Sudáfrica, aunque tampoco se olvida de Velasco Carballo, que dirigió la final de la UEFA Europa League. Según Sánchez Martínez, para arbitrar los partidos hay que tener "preparación física muy profesional" y además de ello “estudiamos a los equipos con antelación y los vemos por televisión posteriormente para así corregir errores".
¿Cómo vive la familia de un árbitro la presión a la que están sometidos? El lorquino asegura que sus familiares “están hechos a la idea, porque es algo que me gusta y me apoyan al máximo”.
Al lorquino sólo le queda un escalón para llegar a lo más alto del panorama español, quizás algún día lo veamos por televisión arbitrando el partido de un Mundial o la final de una competición europea.
Noticia e imagen:http://murciatododeporte.com/Sus comienzos en el mundo del fútbol fueron en el otro extremo, como jugador, pero “con 17 años nos dieron un curso de captación de árbitros en el instituto y un grupo de amigos decidimos apuntarnos”. Aquí comenzaría su idilio con el silbato que le ha llevado a ser el único árbitro principal murciano en Segunda -tras el descenso del también lorquino Bernabé García-.
Los primeros partidos que dirigió fueron de fútbol base con buenos recuerdos, "no tenia carné de conducir y mi padre me llevaba en coche, quedándose a verme para así ayudarme después a corregir los fallos". Poco a poco ascendió de categoría hasta situarse en el Grupo XIII de la Tercera División, en la que estuvo dirigiendo partidos durante cinco años antes de su ascenso a Segunda B, y a Segunda posteriormente.
El último partido que arbitró fue el Alcoyano-Éibar de la promoción de ascenso a Segunda División, “no es el más importante que he pitado, para mí todos son igual de importantes”, dice el colegiado murciano insistiendo en que tampoco “ha sido el más difícil, cada uno tiene su dificultad”, el árbitro “debe mantenerse en un segundo plano”.
No tiene problemas con el público a la hora de arbitrar, “los aficionados sólo quieren lo mejor para sus clubes” o con los entrenadores, que “hacen su trabajo; además en los cursos de entrenador reciben clases sobre el reglamento”. Tampoco los jugadores son un problema para el murciano, a pesar de que muchos le superan en edad y experiencia: "Los trato con mucho respeto y hablando de usted incluso a los alevines. El respeto entre los profesionales se debe llevar ante todo".
Algunos de los árbitros españoles, cuando ascienden de categoría, dejan sus trabajos para dedicarse exclusivamente a dirigir encuentros, pero para Sánchez Martínez no es una opción: "No voy a dejar mi trabajo por estar en Segunda, puedo compaginar afortunadamente las dos cosas”.
El nivel del arbitraje en España es alto. Uno de los árbitros favoritos del ‘trencilla’ murciano es Undiano Mallenco, que representó a España en el Mundial de Sudáfrica, aunque tampoco se olvida de Velasco Carballo, que dirigió la final de la UEFA Europa League. Según Sánchez Martínez, para arbitrar los partidos hay que tener "preparación física muy profesional" y además de ello “estudiamos a los equipos con antelación y los vemos por televisión posteriormente para así corregir errores".
¿Cómo vive la familia de un árbitro la presión a la que están sometidos? El lorquino asegura que sus familiares “están hechos a la idea, porque es algo que me gusta y me apoyan al máximo”.
Al lorquino sólo le queda un escalón para llegar a lo más alto del panorama español, quizás algún día lo veamos por televisión arbitrando el partido de un Mundial o la final de una competición europea.
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