De vocación, árbitro
Cuando uno es un niño solo piensa en hacer lo que más le gusta. No se detiene a pensar si es lo que más le conviene en ese momento o si es lo que debe hacer. Cuando uno aún no tiene responsabilidades importantes, el único objetivo es divertirse y sentirse a gusto con uno mismo. A unos les gustan los videojuegos, a otros pasar el tiempo en la calle con los amigos y otros muchos prefieren practicar algún deporte e imitar durante la infancia a los que en ese momento consideran sus ídolos. Estos suelen el que más goles marca dentro de un equipo de fútbol, el portero que siempre los evita, el jugador de baloncesto que anota más puntos o el tenista que hace historia con sus victorias en Roland Garros, Wimbledon, US Open u Open de Australia.
Cada vez son más, sin embargo, los que optan ya en la adolescencia por disfrutar del deporte desde un prisma diferente. Personas que también practican deporte aunque no aparezcan en las alineaciones de ningún equipo ni sean los protagonistas dentro de una cancha.
Un ejemplo perfecto de ello es Germán Cid Camacho (Segovia, 1987). Cuando tenía solo 14 años pasó los exámenes y se convirtió en árbitro de fútbol. «Quisimos probar cómo era esto unos amigos y yo. Según pasaba el tiempo y te ibas metiendo en este mundillo, cada vez te enganchaba más», cuenta Cid Camacho de sus comienzos en el arbitraje. Su progresión desde entonces ha sido meteórica. Después de dos temporadas en las categorías de aspirante y auxiliar, otras dos en la Primera y Segunda Provincial de Fútbol Aficionado, dio el salto a la Regional Preferente, en la que permaneció durante tres campañas. El siguiente paso fue la Tercera División. Su buen hacer en esta categoría durante los tres cursos precedentes le ha valido para escalar, con solo 24 años, hasta las puertas del fútbol profesional.
La Gimnástica Segoviana o el jugador del Real Oviedo Juanpa no son los únicos representantes del fútbol de Segovia en Segunda División B. Junto a ellos está también Germán Cid Camacho, que el pasado mes de junio supo que esta temporada iba a arbitrar en Segunda B. «Hubo un primer corte en Castilla y León. Éramos seis árbitros y nos seleccionaron a tres», explica Cid Camacho sobre su particular ascenso de categoría. «Los tres que fuimos elegidos tuvimos que ir a Madrid y allí estuvimos con árbitros de toda España. Todo me fue muy bien y al final me dijeron que iba a arbitrar en Segunda División B», continúa.
Todavía no ha podido estrenarse. Este fin de semana se jugó la primera jornada de Liga, pero a él no le asignaron ningún partido. De momento tampoco aparece su nombre entre los elegidos para la segunda jornada. Cuenta Cid Camacho que las designaciones «te las comunican unos días antes del partido que te corresponde», pero se muestra tranquilo y con ganas de que llegue su debut. «Solo quiero disfrutar. Este ascenso ha sido una gran alegría y creo que también un premio al trabajo que he realizado», señala.
Diplomado en Magisterio y actualmente inmerso en la preparación de una oposición, Cid Camacho afirma que siempre ha contado con el apoyo de su familia y sus amigos en su trayectoria como árbitro. «Al principio todos se extrañan un poco de que quieras ser árbitro. Te preguntan por qué te has metido en eso. Pero pronto se dan cuenta, y te lo tratan de transmitir a ti, de que es una actividad deportiva como cualquier otra», apunta. En muchos campos cuenta incluso con el respaldo de sus amigos, que le apoyan desde la grada como si un jugador de campo más se tratara: «Si el partido que me toca es cerca, me vienen a ver».
El respaldo este año será más evidente, aunque solo sea por el hecho de que visitará campos de renombre. Cid Camacho es consciente de que la exigencia en Segunda División B es máxima y que tiene que estar preparado. «Este salto de categoría supone sobre todo un cambio en todo lo que rodea al partido. Hay que viajar mucho, son desplazamientos muy largos en muchos casos, tienes que estar el día antes...», explica el colegiado segoviano. También tendrá que adaptarse a algunas diferencias en lo que se refiere al juego. «Es evidente que el nivel es más alto en Segunda División B que en Tercera. La velocidad del juego será mayor y eso me obligará a estar bien colocado en todo momento y a no perder nunca la concentración», comenta.
Exigente preparación
Para que ninguno de esos aspectos le coja con el pie cambiado, tanto Cid Camacho como el resto de árbitros de Segunda División B realizan una preparación específica. El conocimiento del reglamento y de las diferentes modificaciones que en él se van introduciendo es una de sus primeras responsabilidades. «Hay que estar preparado técnicamente siempre y al día del reglamento», subraya Cid Camacho, que también desarrolla un intenso trabajo físico. Entrena todos los días y está obligado, como el resto de árbitros, a superar unas exigentes pruebas físicas.
La permanente exposición a la crítica del aficionado les exige cuidar todos los detalles. Pero ¿qué virtudes debe tener un buen árbitro? Cid Camacho ofrece su punto de vista: «Los protagonistas deben ser los jugadores. Creo también que hay que ser dialogante e intentar intervenir lo menos posible y que el juego fluya». En muchas ocasiones, sin embargo, eso no es suficiente para apagar las iras del público. «Es que hay gente que por inercia está todo el rato quejándose», señala Cid Camacho, que afirma que el árbitro enseguida es consciente y sabe si se ha equivocado. «Por las reacciones de los aficionados puedes tener una idea», dice.
No han faltado días malos en la carrera de este árbitro segoviano, aunque, según él mismo asegura, «pesan más los buenos momentos». «A veces acabas un poco peor, pero nunca me he planteado arrojar la toalla», añade. Esa constancia, además de sus aptitudes, le ofrecerá la oportunidad esta temporada de visitar algunos campos de Segunda División A. «Los colegiados de Segunda B tenemos que hacer también la función de cuarto árbitro en los partidos de Primera y Segunda División A. Lo que ocurre que al ser mi primer año solo puedo ir todavía a campos de Segunda», explica. De momento, el lugar de Germán Cid Camacho es la Segunda B, pero su inmaculada trayectoria permite prever que el fútbol le tiene reservadas empresas importantes.
Noticia e imagen:http://www.elnortedecastilla.es/
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