Hace ocho años una mujer hizo historia
TRANSCURRÍA la jornada 6 del Clausura 2004, cuando el futbol mexicano vivió un momento histórico. Una mujer árbitro hizo lo que hasta ese entonces parecía imposible: debutó en la Primera División Profesional.
Virginia Tovar fue la encargada de llevar las riendas como árbitro central en el encuentro entre Irapuato y América, mismo que terminó con un triunfo de 2-1 para el cuadro local, y con una serie de tarjetas amarillas y un par de rojas que la silbante no dudó en sacar, pese a que se encontraba en el ojo del huracán.
Su actuación fue acertada, logró mantener el control del partido y en ningún momento se vio que le pesara la camiseta amarilla, de hecho marcó un penal correctamente a favor de los Freseros. Incluso, en ese encuentro, Pavel Pardo, ex jugador azulcrema, le obsequió un ramo de flores.
Aunque no todo fue color de rosa, pues en ese partido, Tovar fue víctima de insultos por parte de jugadores y la tribuna. Pues durante ese encuentro, Cuauhtémoc Blanco, ex delantero de las Águilas, la mandó a "lavar trastes a su casa", además de que los aficionados se metieron con ella, con insultos, pero sin perjudicar la integridad de la ex árbitro.
Tovar Díaz inició su carrera como silbante gracias al impulso y apoyo de dos personajes que se cruzaron en su vida; los ex árbitros Arturo Yamasaki y Edgardo Codesal.
En 1995 hizo su debut en Tercera División como abanderada, un año después ascendió a la Segunda División y en 1998 a la Primera A. Sus buenas actuaciones le permitieron obtener el gafete FIFA como asistente y como árbitro central en 1999.
Luego de su debut como jueza central, Vicky tuvo la oportunidad de dirigir otros tres encuentros más en el máximo circuito como el Querétaro- Necaxa, Pachuca- Santos y Jaguares - Veracruz, hasta colgar el silbato en el Apertura 2008, con 40 años de edad cuando le tocó estar como Cuarto Árbitro en el encuentro entre América- Morelia, en donde la Comisión de Árbitros y las Águilas se encargaron de entregarle un reconocimiento.
Antes de ser árbitro, Tovar jugó futbol desde muy pequeña, después incursionó en el atletismo en la modalidad de 400 metros con vallas; fue seleccionada del Estado de Jalisco y consiguió el quinto mejor tiempo nacional.
El deporte continuó en su vida hasta en sus estudios profesionales, pues se tituló en Educación Física y luego tomó la carrera de Director Técnico. Estuvo cuatro años y medio en fuerzas básicas del Atlas, en donde tuvo la oportunidad de ser la primera entrenadora de Andrés Guardado, actual jugador del Deportivo la Coruña e indiscutible seleccionado nacional.
QUETZALLI PODRÍA EMULAR A TOVAR
La ex silbante mexicana se sumó a una corta pero importante lista de árbitros mujeres que actúan como centrales en la Primera División, como el caso de Martha Toro en Colombia, Anita Pérez en Perú, Jaki Sáenz en Panamá, Nicole Petit en Suiza, entre otras.
Actualmente, la árbitro Quetzalli Alvarado es la mujer que más oportunidades ha recibido últimamente en el futbol mexicano, pues hasta el momento ha estado como jueza central en cuatro encuentros de la Liga de Ascenso, por lo que es la que podría emular lo que Virginia Tovar hizo hace ocho años.
Noticia e imagen:http://www.oem.com.mx/
Virginia Tovar fue la encargada de llevar las riendas como árbitro central en el encuentro entre Irapuato y América, mismo que terminó con un triunfo de 2-1 para el cuadro local, y con una serie de tarjetas amarillas y un par de rojas que la silbante no dudó en sacar, pese a que se encontraba en el ojo del huracán.
Su actuación fue acertada, logró mantener el control del partido y en ningún momento se vio que le pesara la camiseta amarilla, de hecho marcó un penal correctamente a favor de los Freseros. Incluso, en ese encuentro, Pavel Pardo, ex jugador azulcrema, le obsequió un ramo de flores.
Aunque no todo fue color de rosa, pues en ese partido, Tovar fue víctima de insultos por parte de jugadores y la tribuna. Pues durante ese encuentro, Cuauhtémoc Blanco, ex delantero de las Águilas, la mandó a "lavar trastes a su casa", además de que los aficionados se metieron con ella, con insultos, pero sin perjudicar la integridad de la ex árbitro.
Tovar Díaz inició su carrera como silbante gracias al impulso y apoyo de dos personajes que se cruzaron en su vida; los ex árbitros Arturo Yamasaki y Edgardo Codesal.
En 1995 hizo su debut en Tercera División como abanderada, un año después ascendió a la Segunda División y en 1998 a la Primera A. Sus buenas actuaciones le permitieron obtener el gafete FIFA como asistente y como árbitro central en 1999.
Luego de su debut como jueza central, Vicky tuvo la oportunidad de dirigir otros tres encuentros más en el máximo circuito como el Querétaro- Necaxa, Pachuca- Santos y Jaguares - Veracruz, hasta colgar el silbato en el Apertura 2008, con 40 años de edad cuando le tocó estar como Cuarto Árbitro en el encuentro entre América- Morelia, en donde la Comisión de Árbitros y las Águilas se encargaron de entregarle un reconocimiento.
Antes de ser árbitro, Tovar jugó futbol desde muy pequeña, después incursionó en el atletismo en la modalidad de 400 metros con vallas; fue seleccionada del Estado de Jalisco y consiguió el quinto mejor tiempo nacional.
El deporte continuó en su vida hasta en sus estudios profesionales, pues se tituló en Educación Física y luego tomó la carrera de Director Técnico. Estuvo cuatro años y medio en fuerzas básicas del Atlas, en donde tuvo la oportunidad de ser la primera entrenadora de Andrés Guardado, actual jugador del Deportivo la Coruña e indiscutible seleccionado nacional.
QUETZALLI PODRÍA EMULAR A TOVAR
La ex silbante mexicana se sumó a una corta pero importante lista de árbitros mujeres que actúan como centrales en la Primera División, como el caso de Martha Toro en Colombia, Anita Pérez en Perú, Jaki Sáenz en Panamá, Nicole Petit en Suiza, entre otras.
Actualmente, la árbitro Quetzalli Alvarado es la mujer que más oportunidades ha recibido últimamente en el futbol mexicano, pues hasta el momento ha estado como jueza central en cuatro encuentros de la Liga de Ascenso, por lo que es la que podría emular lo que Virginia Tovar hizo hace ocho años.
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