Fracaso del éxito y éxito del fracaso
El fracaso y
el éxito son dos estados que les llegan a los árbitros sin que los llamen
y en el juzgamiento deportivo se presentan constantemente, “un día eres ídolo y
al otro villano”, lo más complicado es que estos períodos suelen quedarse
incluso por más tiempo del que cualquier silbato desearía, también se puede
pasar del uno al otro con gran facilidad sin darse cuenta, la diferencia está
entre un partido y otro, pero lo importante es saber asimilarlos y aprender a
convivir con ellos ya que no se podrá estar en cada uno indefinidamente.
Sepa decidir ahora
El arbitraje
es un camino que cada silbato recorre como un sistema de autopistas muy
complejo en donde la ruta no siempre está clara, una vez que toma una decisión
dentro de un partido es muy difícil volver atrás, porque no puede deshacer lo
hecho, excepto que le digan que se equivocó, entonces, lo que decide condiciona
su labor, por eso es muy importante que sepa decidir en tiempo y forma ¿Qué
pasa cuándo de la noche a la mañana usted se encuentra en un lugar para el que
no estaba preparado y por aquellas cosas de la vida le llegó? Del tratamiento
que le dé a sus acciones en la etapa en que se encuentre dependerá en gran
parte su alegría o tristeza.
Medidas personales
Estas dos
herramientas son armas de doble filo y en gran medida dependen de ciertas
características que cada árbitro demuestra no sólo en los terrenos de juego
sino en su vida personal, pero ¿Qué es cada una de ellas a fin de cuentas? ¿Dos
medidas personales o simplemente la vara con la que nos miramos en relación a
los otros colegas? El éxito tiene que ver con logros personales, por los que
cada uno lucha, se esfuerza y se llena de satisfacción; mientras que el fracaso
se relaciona con los resultados adversos, lo cual no significa que no se haya
logrado nada, sino por el contrario que se ha aprendido algo. Cuando un árbitro
es exitoso no es superior y cuando tiene fracasos tampoco es inferior a nadie,
lo adecuado es sacarle el mejor provecho a cada circunstancia
No tan en serio
Cuando las
cosas salen bien el ego se amplía y entonces se cree que llega a la cima del
mundo y se está por arriba de todos, si usted encuentra a algún arbitro que ha
cosechado éxito, y le pregunta cómo lo logró, quizá le conteste que trabajó y todo
llegó; a este estado todos quieren llegar y les ayudan a alcanzarlo. También
esa misma pregunta puede servir para admitir que algunas cosas en la vida no
salen bien y se tienen que afrontar no dejándose desmoronar ni pensando en que
se ha caído al fondo. Es importante enseñar a los árbitros que cuando aparezca
cada una de estas dos etapas las sepa afrontar con madurez, comprendan que son
pasajeras y que no tienen que tomárselas tan en serio.
Detalles que delatan
Para conocer
en qué estado se encuentra un silbato existen ciertos rasgos particulares que
lo revelan o perfilan, cuando un árbitro exitoso comete un error dice “me
equivoqué” y aprende la lección; cuando un árbitro fracasado es quien comete el
error afirma “no fue culpa mía” y responsabiliza a otros; el célebre sabe que
la adversidad es el mejor de los maestros; el derrotado se siente víctima de
las adversidades; el triunfador respeta a aquellos que saben más y se preocupa
por aprender de ellos; el frustrado se resiste a los que saben más y sólo se
fija en sus defectos; finalmente el árbitro vencedor sabe que las cosas
dependen de él mismo, y el perdedor cree que existe la mala suerte. Del manejo
que le dé a estas características cuando se encuentre con el éxito o el fracaso
va a salir o a permanecer de los mismos sin que esto afecte su vida.
Artículo escrito por Jose Borda
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