Cuando el tamaño del árbitro no importa
Un árbitro no tiene por que ser alto y fuerte para ganarse el respeto
de los jugadores. Medir 1,38 metros y dirigir partidos a tipos que
sobrepasan ampliamente el metro ochenta es posible y, si no, que se lo
pregunten a Cem Yazirlioglu, un ciudadano alemán de origen turco que
dedica el tiempo libre a arbitrar partidos de la séptima categoría. Y lo
hace sin complejo alguno, haciéndose respetar por los jugadores y
sacando el genio cuando conviene. “Arbitro desde hace tres años. Soy muy
ambicioso y quiero arbitrar en cuarta o quinta división”, admite este
curioso personaje que parece sacado de una serie de dibujos animados.
“Cuanto más arriba llegue, mejor nivel de juego me encontraré, mejores
condiciones de trabajo, más espectadores, más respeto hacia mi persona
y, especialmente, una mayor atención”.
Yazirlioglu admite que en
sus partidos hay una cierta expectación inicial pero que después la
situación se normaliza. “Por suerte en Berlín hay árbitros de todo tipo.
Grandes, jóvenes, pequeños, gordos, negros, blancos... Ser enano llama
la atención, pero después trabajo tranquilo. Solo que debo correr más
que los otros para tener un buen ángulo de visión...”.
Noticia e imagen:http://www.sport.es/
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