Un 'CACHO' de árbitro
Pocos atletas a lo largo de la historia han logrado llegar tan lejos
con tan pocos kilómetros en las piernas como Alberto Imedio. Su
entrenador de toda la vida, Diego Méndez, se sincera: "Primero fue el
fútbol, luego el arbitraje. Hasta este año no ha comenzado a prepararse
como un auténtico atleta de élite". Su quinto puesto en el 1.500 del
Mundial Júnior de 2010 cobra más importancia a medida que se descubre su
insólito itinerario.
"En infantiles no se entrenó nada, en cadetes llegó a finales de
Campeonatos de España con dos sesiones a la semana y en juveniles
comenzó a pitar". Nadie sabe qué hubiese podido lograr Imedio en el
tartán si su pasión por el balón no se hubiese cruzado en el camino.
"Elegí el atletismo, pero para seguir vinculado al fútbol comencé a
arbitrar: primero como principal, luego como asistente".
A sus 21 años, no ascendió a Segunda B como juez de línea porque no
tenía árbitros de su región que le acompañasen. Su progresión hacia el
fútbol profesional marcha viento en popa. "Sería asegurar unas
condiciones económicas difíciles de conseguir con el atletismo en la
actualidad", apunta el joven. Mejor no imaginarse la marca que puede
firmar Imedio en las pruebas físicas para subir de categoría. Correr
esos 2.000 metros es, para él, la forma más natural de desplazarse.
El éxito prematuro en lo que acomete no cambia ni un ápice el
carácter de un joven humilde y maduro. Tampoco las comparaciones, por
magnánimas que parezcan. Jorge González Amo, actual responsable del
mediofondo español, pronunció un día un nombre sagrado: "Dijo que le
recordaba a Fermín Cacho, creo que por mi tranquilidad a la hora de
afrontar las competiciones".
Doble o nada
El técnico Diego Méndez sabe que ha llegado la hora de que este
superdotado del deporte asimile una ración doble de trabajo los días que
toca. Pero cuando llega el fin de semana, Imedio cambia las series por
los fuera de juego. "Me he concentrado en lo de árbitro asistente porque
se asciende antes y, además, tenía menos responsabilidad que el
árbitro", comenta antes de apostillar: "Aunque luego te das cuenta de
que estás más cerca de la grada y que el público se centra en ti". Al de
Miguelturra no le importa en demasía, lo asume con su habitual karma.
Su idolatría se reparte de manera salomónica entre el atleta Juan
Carlos Higuero y el árbitro Alberto Undiano Mallenco. Aunque siempre hay
lugar para romanticismos en el fútbol: "También me he fijado mucho en
mi paisano Pino Zamorano". O para detalles de pureza en el atletismo,
como con su máximo rival David Bustos. "La verdad es que lo admiro
mucho", se sincera.
Alberto Imedio es mucho más que lo que marcan sus 3:38.96 en 1.500,
firmados en Mataró el pasado verano. "Creo que valgo menos, pero hay que
demostrarlo. Me conformo con bajar un segundo por año hasta la barrera
de los 3:34", señala. Una vez allí, su entrenador lo tiene claro: "Creo
que la distancia a la que mejor se adapta es el 5.000, sin renunciar a
nada en el 1.500".
Para emular alguno de los éxitos de Cacho tendrá que pulir la punta
de velocidad. Imedio aspira a dejar huella en el atletismo, sin
renunciar a su otro sueño: "Ojalá se puedan entender las dos
federaciones y no tenga que elegir una. Es difícil, no imposible".
Noticia e imagen:http://www.marca.com/
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