Alberto Lope: “Responsabilidad, serenidad, empatía y afán de superación son requisitos de un buen árbitro”

Alberto José Lope Díaz, árbitro de primera división, goza de gran prestigio en el mundo del Fútbol Sala y de una contrastada experiencia en el ámbito nacional. Actualmente es director de ESO y Bachillerato en el colegio La Inmaculada (Misioneras Concepcionistas). Ante este personaje del mundo del arbitraje es difícil organizar todas las preguntas que emanan en busca de respuestas.
-Mucha gente hace deporte, muchos alumnos practican deporte pero,  ¿en qué momento uno decide arbitrar y dedicarse a ello?
Desde muy pequeño practiqué diversos deportes (fútbol, baloncesto, gimnasia deportiva), a la edad de 20 años decidí probar el arbitraje, quizás influenciado por mi padre que también lo fue. También me llamó la atención una propaganda que encontré en la instalación donde jugaba al fútbol.
-Este es el segundo año que imparte este curso, ¿ha cambiado en algo su estrategia para transmitir el reglamento respecto a la primera vez?
Si. He aprovechado el recurso audiovisual. Desde el curso anterior en 2008 hasta ahora he podido recopilar muchos vídeos, con los que se pueden explicar y entender mejor las reglas de juego.
-¿Qué opina de la organización del curso en cuanto a la distribución de las horas, el lugar de realización, material, etc.?
El curso tiene un nivel de preparación elevado. Se tocan aspectos que son indispensables para la labor arbitral (redacción de actas, régimen disciplinario, documentación, etc.) y no sólo las reglas de juego.
La carga horaria me parece adecuada, al igual que las instalaciones de Escuelas Católicas de Madrid. En definitiva, un marco ideal para impartir un curso.
-¿Cómo ve usted la iniciativa de formar, gratuitamente, árbitros por parte del Departamento de Deportes responsable de los XXV Juegos Deportivos de las Escuelas Católicas de Madrid?
Es una iniciativa necesaria. El fomento del deporte, y arbitrar también lo es, es algo que deberían propiciar desde muchos más ámbitos.
-¿Cuáles son los rasgos de la personalidad que deben destacar en un buen árbitro?
En principio no todos los rasgos se tienen que tener adquiridos. Pienso que un buen árbitro los va adquiriendo poco a poco. Los primeros tendrían que ser la responsabilidad: si decido ser árbitro debe adquirir un compromiso elevado y eso requiere responsabilidad. Posteriormente se deben trabajar los aspectos de serenidad, empatía, personalidad, tranquilidad, justicia, educación, afán de superación… Todos ellos te irán haciendo mejor árbitro.
-Todos hemos oído alguna vez eso de “antes de exigir hay que predicar”, ¿tiene algún sentido esta frase dentro esta profesión?
Totalmente de acuerdo. Esto es necesario para muchos momentos de la vida, no sólo en el arbitral. Yo no puedo exigir una serie de premisas si yo no soy ejemplo de las mismas.
-Los aspirantes son evaluados mediante una prueba teórica divida en dos partes: un examen de 60 preguntas y un ejemplo práctico para rellenar un acta. Además tienen que asistir a la visualización de un partido real. ¿Cuál es su opinión respecto a esta evaluación?
Es una evaluación completa. Cuando yo comencé a arbitrar sólo superé un examen de reglas de juego. Y a partir de ese momento, a la cancha. Reflexionando sobre mi experiencia, vi que era algo pobre.
He tenido la oportunidad de dar otros cursos, en otras organizaciones y he aplicado las mismas propuestas que en el curso de Escuelas Católicas.
-Entre todos los asistentes al curso, la gran mayoría presencia masculina, había alguna fémina. ¿Es difícil ver mujeres árbitros en fútbol sala? ¿Por qué?
La verdad es que sí. No quiero creer que la sociedad estipule que el arbitraje es exclusivamente masculino. Deberíamos mejorar en este aspecto y aceptar que las mujeres están preparadas para cualquier actividad, incluso la arbitral.
-Esta competición es, ante todo, a  nivel escolar ¿hay muchas diferencias entre arbitrar niños, adolescentes o adultos?
No deberían existir diferencias. Cierto es que a medida que avanzas en edad, la competición se disputa con más ímpetu, pero no debe ser óbice para realizar una labor arbitral responsable.
La única diferencia que puede existir estriba en que con los más pequeños, el arbitraje tiene que ser pedagógico, más didáctico para que los niños aprendan el espíritu del juego.
-Después de tantos años arbitrando y habiendo llegado hasta primera división, ¿Qué aconsejaría a las nuevas generaciones?
Seré breve: afán de superación. Que el siguiente partido que tengas que arbitrar, sea el mejor que arbitres. Con esa ilusión se puede alcanzar grandes metas.
Noticia e imagen:http://abcblogs.abc.es

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