Un CSI en el derbi
El arbitraje moderno no consiste sólo en que el árbitro salte al terreno de juego para dirigir e impartir justicia durante los 90 minutos de partido. Va mucho mas allá. Y el mejor ejemplo lo tenemos en Javier Estrada Fernández, colegiado catalán designado para pitar el derbi Sevilla-Betis, en el Sánchez Pizjuán. Este leridano, de 37 años de edad e internacional desde el pasado 1 de enero de 2013, es uno de los máximos exponentes de esta nueva hornada en nuestro país.
Porque cuando Estrada salte mañana al césped de Nervión lo hará habiendo estudiado al dedillo a los dos rivales, al Sevilla de Unai Emery y el Betis de Pepe Mel. Al margen de su habitual preparación física de cada semana, Estrada Fernández planifica un trabajo previo a cada partido en el que intenta conocer y saber sobre los dos rivales que pita. Y este no iba a ser una excepción, más tratandose de su primer derbi sevillano en la máxima categoría de nuestro fútbol.
Desde el lunes ha estado visionando imágenes de los últimos partidos de ambos contendientes. Allí va anotando con detalle todas las connotaciones: quién lanza habitualmente las faltas, los saques de esquina, si utiliza mucho la estrategia buscando forzar el fuera de juego.
Dichas situaciones le permiten afrontar el arbitraje conociendo lo que se puede encontrar ante situaciones similares. En este caso incluso ha estado estudiando también lo que ha sucedido en los anteriores derbis de la ciudad sevillana.
Trabajo colectivo
Estudio que no hace en solitario. Durante toda la semana va intercambiando información con sus auxiliares mediante correos electrónicos y conversaciones telefónicas. Hay un trabajo total de coordinación que se expone en conjunto en la reunión del mismo día del partido en el hotel, la previa antes de marcharse al estadio.
Hace unos años tuvo una anécdota precisamente con el jugador del Sevilla Diego Perotti, justo antes de saltar ambos al terreno de juego. Estrada había estado viendo la tendencia del extremo argentino a situar el balón fuera del cuadrante en los lanzamientos de esquina.
Justo antes de saltar al césped el colegiado catalán se acercó al jugador para aconsejarle que no lo hiciera porque no es reglamentario. Perotti se quedó asombrado de ese nivel de conocimiento sobre detalles tan minúsculos.
No es Javier Estrada Fernández un hombre de manías. Cuando llegue al Sánchez Pijuan cumplirá con su ritual habitual de chequear el estado del cesped y de las porterías antes de entrar en el vestuario para cambiarse, comprobar los intercambiadores, calentar y finalmente dirigir el partido. Lo que suceda después es cuestión del destino. Pero como los buenos estudiantes, que nadie dude que Estrada va con la lección bien aprendida.
Noticia e imagen:http://www.marca.com/
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