Los árbitros se hartan de las agresiones


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La violencia en el fútbol es un mal endémico difícil de erradicar, pero no por ello las federaciones tienen que dejar de combatirlo con todas sus herramientas. Las últimas víctimas lucen una camiseta imparcial y ponen todo su esfuerzo en repartir justicia de la mejor forma posible.
En el último fin de semana se dieron al menos tres casos de actos violentos contra los árbitros. En León, un joven colegiado de 16 años terminó en el hospital a causa de la agresión de un hombre que ya ha sido identificado.
En Madrid, se dieron dos casos. En Coslada, en un partido de Tercera Regional entre el Rayo 70 y la AD Esperanza, el árbitro recibió un puñetazo por detrás en la cabeza que le dejó mareado; en el partido de Primera Regional entre el Fuente El Saz y la A.D. Complutense Alcalá, el colegiado fue agredido por un jugador al que acababa de expulsar.
Cifras preocupantes y sanciones irrisorias
En lo que va de temporada los colegiados madrileños han denunciado nueve agresiones. En la 2012/13 hubo 23, siempre según las cifras oficiales del Comité de Árbitros de la Real Federación Madrileña de Fútbol. En la capital de España se disputan alrededor de 2600 partidos cada fin de semana y el porcentaje es inferior a otras comunidades.
El número de agresiones en España no deja de aumentar y los árbitros muestran su negativa a pitar encuentros en campos de equipos con jugadores o aficionados conflictivos. Acuden al Comité Madrileño y dicen "no quiero pitar en este campo". Las personas que trabajan en la designación de partidos colaboran y "el árbitro que sufre intentos de agresión no vuelve a pitar en el mismo campo. Cuando hay insultos y amenazas, pueden terminar en agresión"
La situación en Madrid se complica en categorías de juveniles o aficionados, donde se dan la gran mayoría de agresiones. Por contra, el Comité lleva cuatro temporadas sin registrar agresiones físicas a colegiados de Fútbol-7. "A todos los colegiados que van a pitar en las sedes federativas les acompaña un delegado que se encarga de controlar a los aficionados".
Desde el Comité muestran su descontento con las sanciones que reciben los agresores, especialmente si son aficionados. "Si es un jugador se dan casos d  perpetuidad, es decir, que no vuelven a jugar. Pero en las instalaciones municipales no se puede controlar quien entra".
El espectador es el agresor en la gran mayoría de las ocasiones, pero todo se queda en multas económicas. Las 23 asistencias a juicio de la temporada pasada fueron ganadas por los colegiados. "Las sanciones están marcadas por ley. Calculan los días de baja. Por ejemplo: 30 euros por una baja de 20 días, el agresor pagaría 600 euros. El montante es mínimo porque nunca están de baja más de una semana por puñetazos o arañazos. Muchos árbitros solo están un día".
Los árbitros agredidos reciben el apoyo de su Comité, que realiza "un seguimiento exhaustivo en los siguientes partidos, nos preocupamos por la lesión y nos encargarnos de darle toda la asistencia que necesite".
"Lo que se escucha en las tertulias no se puede permitir"
La Delegación de Alcalá ha vivido muy de cerca las dos agresiones del fin de semana en la Comunidad de Madrid. En la sede muestran su contrariedad con la situación que vive el colectivo al que representa. Bastan unas palabras para entender su sentimiento: "Si nos metemos en el trato, existe el odio, hay rencor, maldad… estoy pisando los campos de fútbol cada semana en todas las categorías y esto es imposible de explicar".
Siempre existe mayor riesgo para los colegiados en partidos de categorías superiores, pero "lo del fútbol 7 es tremendo. No hay respeto. Si a sus hijos les ocurriera lo mismo seguro que no lo harían. Son personas que no han conocido nunca el reglamento. Se abre la veda cada fin de semana".
El Delegado cree conocer uno de los focos centrales en los que se fomenta la crítica al colectivo arbitral: "Lo que se escucha de los colegiados en las tertulias de radio y televisión no se puede permitir. 'Árbitro malo, vete a Cuenca o a ese que le metan en la nevera'. Los niños lo aprenden y en las categorías inferiores se multiplica por 10. Periodistas que se creen prestigiosos entre comillas, que sientan cátedra o eso se creen. Luego tendrían que ir ellos a pitar".
Insiste en la educación que los familiares deberían inculcar a los más pequeños fuera del terreno para que estos la trasladen a los partidos, con sus compañeros, los rivales y los árbitros. "Es una barbaridad lo que se ve y se oye en los terrenos de juego. El comportamiento de los padres y las madres es peligroso, hay la falta de respeto hacia los árbitros y se escuchan burradas".
Admitiendo siempre los errores, "evidentemente nos equivocamos", no entiende como jugadores y aficionados pueden llegar a exaltarse de tal forma ante un fallo arbitral. En su opinión "se puede decir que el árbitro no ha estado bien, pero hay barbaridades que no se pueden permitir. Si un fiscal viniera a un campo y viera lo que ocurre, algo cambiaría".
Artículo escrito en: La Información

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