El fútbol y la vida ideal
Lo bueno (una de tantas cosas buenas entre otras malas) que tiene el
fútbol es que nunca acaba. Es decir que nunca puedes decir esto no tiene
remedio, ya no hay nada que hacer, se acabó todo. No me refiero a que los
partidos duran hasta que el árbitro quiere pitar y que las posibilidades están
abiertas hasta entonces. Tampoco a que la Ligas es muy larga. No, no, es que es
mucho más grande. El fútbol es como la teoría de la redención llevada hasta la
eternidad. Ojalá fuera así la vida. Es decir, tu equipo pierde un día y te da
el gran disgusto, pero a continuación ya estás esperando que a la jornada
siguiente se recupere y sea el rival el que pinche. Y esto no acaba nunca. Por
muy perdido que te encuentres siempre tienes la esperanza de que las cosas
cambien, de que el domingo que viene el árbitro se equivoque de nuevo pero esta
vez a tu favor, que el rival falle el penalti, que los tuyos remonten en el
último minuto.
Y tampoco todo está perdido si se tira la Liga, puesto que a la
temporada siguiente viene otra, o te queda la opción de hacer una buena campaña
en Europa. Si eres más modesto y te toca descender de categoría, todos parecen
confabularse para devolver a la escuadra local el año siguiente a la categoría
que por supuesto se merece.
Es verdad que en el fútbol como en la vida, siempre ha habido ricos y
pobres, y como en España, últimamente los acaudalados cada vez lo son más y los
modestos cada vez se ven más agobiados. Pero no se le niega el orgullo y la
posibilidad a nadie de dar una sorpresa un día al campeón y amargarle la
temporada. Cuando uno es el más modesto, incluso puede soñar durante unas
jornadas con ser el equipo revelación. Si la suerte se aparece en forma
suprema, crece en su cantera una joya que da brillo a su estadio hasta que el poderoso
se lo lleva por el bolsillo. Y así, una y otra vez, con un montón de penas,
pero con la ilusión siempre de la eterna redención que proporciona el fútbol.
Ojalá fuera así la vida.
Artículo escrito por MANOLO
FOSSATI en Diario de Cádiz
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