Adrián Mendoza Salas, el jugador que agredió al colegiado Manolo Castellar (natural de Rafelbunyol) en un partido de la VIII edición del Campeonato de Fútbol-7 de Sagunt en el año 2007, ha ingresado en prisión en lo que ya es un hecho sin precedentes en el fútbol valenciano.
La agresión por la que fue condenado tuvo lugar en el encuentro que enfrentó a los equipos ´Cantabria Glass´ y ´Autogestión´ y le ocasionó al colegiado en cuestión, que entonces contaba con 61 años de edad, «la rotura de la prótesis dental, un corte en la frente y daño en dientes de la mandíbula inferior» según se informó en su día desde la coordinación del campeonato.
Quince días desde el 25 de julio
La batalla jurídica (de fallos y recursos posteriores cruzados entre ambas partes) se ha alargado durante siete largos años hasta que esta misma semana el agresor, al vencer el plazo de 15 días que figuraba en el auto en el que se le denegaba la suspensión de la pena impuesta de un año y nueve meses de prisión que se le impuso, se ha entregado. En el documento emitido el pasado día 25 de julio se le instaba a «ingresar voluntariamente en el Centro Penitenciario de Picassent», aunque finalmente lo ha hecho en un centro distinto al indicado. La sentencia ha sido ejecutada, según ha podido saber SUPER a tenor del contenido del auto dictado por Audiencia Provincial sección quinta de València, debido a que el Magistrado entiende que pese a la solicitud del condenado de dejar en suspenso la ejecución de la pena impuesta, el agresor «no se trata de un delincuente primario» al tener «antecedentes penales» y además, pese a admitir también que estaba «dispuesto a pagar sus responsabilidades pecuniarias», «no ha efectuado ingresos o consignaciones significativas a cuenta de la resoonsabilidad civil, ni propone un plan serio y relevante de pagos».
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