El árbitro sigue siendo un semiprofesional. MARCO ANTONIO RODRÍGUEZ, EXÁRBITRO MUNDIALISTA
A Marco Antonio Rodríguez le cambia el
semblante cuando habla sobre aquel partido histórico entre Brasil y Alemania en
el que dijo adiós al arbitraje. El Chiquimarco echa a andar su memoria y
asegura que en aquel momento pensó en su familia, compañeros y en sus
obstáculos y éxitos.
A un par de meses de retirarse, el
mundialista en Alemania, Sudáfrica y Brasil, dijo a El Economista que gran
parte de su éxito en la profesión que desempeñó durante 22 años se lo debe al
triatlón, deporte que practicó en su juventud y que le enseñó a “no darse por
vencido” y a dar “el máximo esfuerzo hasta el final”.
Sobre su estilo exigente, duro y polémico,
que en ocasiones causó molestia en jugadores, cuerpos técnicos y aficionados,
Marco dijo que para su fortuna nunca tuvo un incidente con alguna persona.
“Siempre traté de jugar con lo que estaba
viendo, intenté ser justo sin importar que lo que marcaba era para el equipo A
o el B, independientemente de la camiseta, el minuto y la circunstancia”.
Tras decir adiós al arbitraje Rodríguez se
ocupa de su empresa Sports Coaching Chiquimarco, y ya que cuenta con su título
de entrenador, espera una oportunidad para poder desplegar “un futbol ofensivo,
con muchos jugadores que lleguen al área”. A continuación la charla con el ex
silbante.
—¿Qué significó para ti el 7-1 entre Brasil y
Alemania que representó tu adiós del arbitraje?
Significó mucho por la responsabilidad tan
alta que me fue encomendada, eso me generó un grado de consciencia y respeto al
momento que iba a vivir. En segundo lugar representó mucho el que dos grandes
naciones, futbolísticamente hablando, buscaban el pase a la final. En tercer
lugar tenía que sostener la credibilidad del arbitraje mundial, y número
cuatro, que yo sabía que era mi último juego.
—¿Cuáles crees que sean las principales virtudes
y carencias del arbitraje mexicano?
Una de las principales virtudes es que ya
tiene una estructura, que fue de uno de los primeros países que hizo una
organización multidisciplinaria. Pero hay mucho que darle al mundo del
arbitraje, hay que aportarle mejoras económicas, cosas familiares para que
puedan salir a trabajar sin preocupaciones.
El árbitro sigue siendo un semiprofesional en
un mundo de alta profesión, y se le exige como si ya estuviera a tope en todo.
Hay cosas que mejorar como la enseñanza, la metodología de trabajo, el plan de
desarrollo, pero la gente que está a cargo apuesta por un método de trabajo, y
si consideran que les funciona que sigan con él.
—¿Qué opinas de la corrupción en el futbol y
el arbitraje?
Gracias a Dios nunca tuve una experiencia de
ese estilo, ni vi, ni supe que nadie se acercara a nosotros para eso, pero el
futbol sí ha sido manchado a nivel mundial, incluso con la FIFA denunciando los
casos de corrupción.
En el tiempo que estuve como árbitro recibí
con mis compañeros un curso por parte de la Interpol. Te decían cómo actuar,
cómo reaccionar, denunciar. Nos convertimos en gente que protegía el futbol.
Ahora ese curso no nada más lo toman los árbitros, también jugadores, cuerpos
técnicos y directivos. Afortunadamente no me tocó vivir la corrupción, y de
haber sido así la hubiera denunciado.
—Siempre fuiste un ejemplo en cuanto a tu
condición física, ¿qué pasó aquella vez que no superaste las pruebas?
Hubo una época en la que caí enfermo, se
hablaba de que no había pasado unas pruebas físicas, pero fue por enfermedad.
El sistema no iba a denunciarse a sí mismo al decir que no había un buen
trabajo con Marco Rodríguez.
Hubo un problema con la planeación al no
haber un trabajo diferenciado cuando estaba trabajando a tope todos los
torneos: Copa América, Copa de Oro, Copa Libertadores, Champions League de
Concacaf, Liga mexicana, y todo con poco tiempo de recuperación.
En las épocas en las que los árbitros estaban
descansando yo estaba trabajando, porque eres como un seleccionado nacional.
Luego regresas y te incorporan a la actividad como si nada. Estuve así casi 12
años hasta que mi cuerpo se enfermó, con una etapa de fatiga. Tuve una etapa de
recuperación.
—¿Has sentido nostalgia al ver por la
televisión un partido?
No la siento porque hay una gran bendición:
Que el mundo del futbol no nos sacó, nosotros decidimos dejar el arbitraje. Mi
corazón está en el futbol, sigo dando servicio a gente de futbol como
empresario, pero como árbitro me siento muy contento de la manera como se
construyó mi carrera. Fueron 22 años aproximadamente, 15 como internacional y
17 de primera división. Creo que valió la pena.
—Nos platicas que tienes una empresa, ¿qué
servicios prestas con ella?
Mi empresa se llama Master Coaching Sport
Chiquimarco. Damos asesorías de desarrollo profesional en Ligas, a ex árbitros.
Damos cursos, asesorías en arbitraje, consultas diagnósticas. Tengo un equipo
multidisciplinario con base científica, no es que yo quiera enseñar el
arbitraje como yo crea o de manera empírica, sino estratégica.
También doy asesoría a equipos de segunda y
tercera división, Liga de Ascenso y primera que quieran evaluación de sus
jugadores sobre formación deportiva e integral. Doy conferencias de liderazgo,
a nivel educativo con el tema “Con salud es mejor”. Prevención contra el
bullying, drogas. Ahora estoy fungiendo como imagen de algunas marcas que me
han invitado.
Noticia e imagen: http://eleconomista.com.mx/
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