Referís ingleses en el fútbol argentino
Hubo un tiempo en que los árbitros del fútbol argentino
estaban muy cuestionados. Hasta hubo algunos casos de violencia provocada
por los hinchas en protesta por decisiones de los referís. En 1946 el árbitro Osvaldo Cossio estuvo a
punto de ser linchado por los enardecidos hinchas de Newells, luego
del partido entre “Leprosos” y “cuervos”.
Con estos antecedentes y ante la gravedad de la situación,
la AFA (Asociación del fútbol argentino) tomó una
decisión salomónica: Contratar árbitros británicos. Por aquellos años
estos tenían una reputación muy alta, estaban muy bien vistos, tanto que eran
considerados los mejores del mundo. Existía un buen antecedente, la del
referí inglés Isaac Caswell, quien tuvo un excelente desempeño
durante los 2 años y pico que le tocó dirigir partidos de la primera división A de
la Argentina entre 1937 y 1940.
Fue así que el 18 de abril de 1948, ante la gran
expectativa del mundo futbolero, se produjo el debut de los británicos. El desempeño de los jueces ingleses fue recibido en
general con beneplácito. En algunas ocasiones causaba sorpresa la
sanción de algunas infracciones que los árbitros locales habitualmente no
cobraban. Por ejemplo, en el partido entre Boca y Racing, el referí cobró un
penal a favor de Boca por un leve empujón a un rival del defensor
de Racing Filippo. Situaciones como ésta se produjeron con frecuencia,
pero tanto los jugadores como el público acataban con respeto las sanciones
impartidas por los ingleses, en mayor medida que cuando los partidos eran
dirigidos por los jueces locales.
Según cuenta Pablo Ramírez en su libro
“Fútbol: Historia del Profesionalismo”, “…esta importante novedad dentro
de la historia del profesionalismo, produjo resultados sumamente beneficiosos. Bastaría destacar que casi no hubo escándalos de importancia para
refirmar de qué modo categórico el desempeño de los jueces extranjeros
tuvo autoridad y acatamiento total, no sólo por parte de los jugadores, sino de
los dirigentes y hasta del propio público. Fue evidente que los
árbitros restablecieron la paridad entre equipos grandes y chicos, cosa
que no ocurría con los jueces locales, inevitablemente sujetos a las presiones
de toda índole que siempre los ha volcado insensiblemente en favor de los más
poderosos…”.
Los árbitros ingleses no sólo mejoraron la manera
de dirigir los partidos sino que también y gracias a un pedido de ellos produjeron
un cambio histórico en el fútbol vernáculo. A partir de la novena fecha del campeonato
de primera A de 1949 los jugadores comenzaron a utilizar camisetas con números
en sus espaldas con el fin de ser mejor identificados.
Con el transcurrir de los años ésta primera camada de jueces
fueron reemplazados por otros ingleses y luego se fueron intercalando con
referis criollos. Los últimos arbitrajes ingleses fueron en 1958, año en
que finalizaron sus contratos. El último británico que dirigió aquí fue Robert
Turner, quien se radicó en la Argentina y actuó hasta 1962, cuando se
retiró por haber llegado al límite de edad.
Noticia e imagen: http://blogs.lanacion.com.ar/
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