Noche de paz, noche de fútbol
A
finales de noviembre de 1914 la esperanza de una guerra corta había
desaparecido. El frente se había estabilizado a las orillas del río Yser. Entre
ambos bandos sumaron más de medio millón de hombres entre las localidades de
Bisxchoote y Saint Elooi.
Llegó
la Navidad y en el bosque de Ploegsteer se amontonaban los cadáveres. En medio
del horror, desde las trincheras alemanas comenzaron a tararearse villancicos.
El primero Stille Nacht, heilge Nacht (Noche de Paz). Separados por apenas 100
metros, los soldados ingleses pidieron a sus enemigos que siguiera cantando
cuando acabaron sus canciones navideñas. La respuesta fue el Merry Christmas y
un reto: “Ingleses, nosotros no disparamos, vosotros tampoco”. Y en las
trincheras alemanas aparecieron velas. Lo mismo pasó al otro lado de la tierra
de nadie.
El
24 de diciembre no se oyeron disparos, solo se oían canciones de Navidad. Los
alemanes enviaron a dos hombres con una oferta de tregua el día de Navidad para
que cada bando pudiera recoger y enterrar a sus muertos.
En
la mañana del 25, viernes, comenzaron a aparecer en medio de una niebla
espesísima sombras alemanas sin armas. Solo llevaban palas y carretillas. La
tierra de nadie comenzó a llenarse de hombres de los dos bandos. Roto el hielo
inicial comenzaron las charlas e intercambios de regalos: whisky, brandy,
tabaco… En ese clima navideño alguien lanzó una idea: jugar un partido de
fútbol. La idea provocó un rápido entusiasmo. Las boinas de los escoceses
sirvieron para construir una portería en un suelo helado y a los alemanes les
entró la risa cuando el viento levantó las faldas de los escoceses y vieron que
no llevaban ropa interior.
Tras
una hora de juego, el coronel Otto von der Decken, informado de lo que sucedía,
dio orden de detener el partido. Alemania había ganado por 3-2, algo que
recogió The Times en su crónica de guerra del 1 de enero de 1915, aunque
explicaba que fue el sentido de la deportividad británica el que cedió el
triunfo.
Del
desenlace de ese increíble partido hay otra versión, la que cuenta que el final
llegó porque el balón se pinchó al chocar con una alambrada. Se cree, que
además a este partido disputado en la zona de Neuve Chapelle, se pudieron jugar
otros el mismo día, por ejemplo en la temible Colina 60, donde estaba apostada
la London Rifle Brigade.
Duelo
repetido tras 100 años
En
2004, la sociedad Navidad 1914 organizó un partido para recordar aquel de la
tregua en el que participaron exjugadores de primer nivel como Giresse, Pfaff,
Waddle, Staelens… Ahora se celebra el centenario de un día al que la UEFA y
otras entidades han querido rendir también tributo durante el presente mes.
Hace
una semana, en Aldershot, al sur de Inglaterra, se jugó un encuentro entre un
equipo del Ejército Británico y otro del alemán para conmemorar los 100 años de
aquel que hay quien pone en duda, pero del que hay crónicas, testimonios de los
que tomaron parte en él o referencias como las encontradas en las cartas de
Willie Loasby, uno de los ideólogos de la tregua, y que fueron adquiridas en
Londres por 25.000 euros.
La
I Guerra Mundial, que provocó la muerte a uno de cada ocho soldados de casi los
66 millones que participaron en ella, llenó las trincheras de futbolistas. En
el Ejército Británico hubo un batallón al que se le conocía como “el de los
futbolistas”, el Football Battalion. Era el 17º del Regimiento de Middlesex.
Mister F.J Wall, secretario general de la Federación Inglesa, envió una carta a
los equipos del sur del río Trent comunicándoles que el War Office había
decidido reclutar futbolistas profesionales. En poco tiempo, más de un centenar
formaron el que se iba a llamar el Batallón del Fútbol.
En
total, unos 400 futbolistas entre profesionales y amateurs formaron un batallón
cuya fundación fue apoyada por los presidentes de los principales equipos de
Londres, que también pidieron garantías. Hayes Fishers, cabeza del Fulham, se
mostró partidario de ayudar a su país con sus futbolistas a la vez que pidió
que la Cámara de los Comunes planteara un sistema de garantías y pensiones en
casos de discapacidad o muerte de los jugadores en el frente.
En
la masacre del Somme
El
14 de diciembre de 1914 se anunció la decisión del War Office, cuya idea era
reclutar a 1.350 soldados entre futbolistas, seguidores de los equipos y
personas cercanas a los jugadores. Las aplicaciones había que enviarlas a la
sede de la FA (42 de Russell Square) o a la West Africa House. Cuando quedó
formado el Batallón de Fútbol, la instrucción se realizó en el cuartel de Richmond
Athlette Ground.
El
16 de enero de 1916, el Football Battalion llegó a primera línea del frente en
la mortífera batalla del Somme (más de un millón de muertos entre ingleses y
alemanes).
Entre
la víctimas de la Gran Guerra aparece Walter Tull, jugador del Tottenham y
considerado el primer oficial negro en el Ejército Británico. Nunca se
encontraron los restos de un delantero al que quisieron Arsenal y Rangers y del
que la prensa inglesa escribió que hizo el “partido perfecto” en un 2-2 contra
el Manchester United. También perdió la vida Evelyn Lintott, siete veces
internacional con Inglaterra.
Noticia e imagen: http://www.marca.com/
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