Yolanda Parga: «Estar en la final de un Mundial fue un sueño hecho realidad»
La final del Mundial de Fútbol femenino que enfrentó a Estados Unidos y a Japón tuvo a una gallega sobre el césped. No lucía una camiseta roja sino un uniforme amarillo y no actuaba dentro del terreno de juego, sino más allá de la línea de cal. Fue Yolanda Parga (A Coruña, 1978), que formó parte del trío arbitral como asistente de la ucraniana Kateryna Monzul.
-¿Qué sensaciones le deja el hecho de haber arbitrado la final del Mundial de fútbol femenino?
- Durante los días anteriores era un mezcla entre ilusión y nervios, parecida a la que se tiene cuando preparas tu boda [se ríe]. El día siguiente te das cuenta de que ya ha pasado y que todo vuelve ya a la normalidad.
-¿Se esperaba poder formar parte del trío arbitral de la final?
-Cuando vi mi nombre no me lo podía creer, estar ahí fue un sueño hecho realidad. En un principio una espera poder ascender de categoría y luego ser árbitro FIFA e ir a campeonatos internacionales. Pero poder arbitrar en una final de Mundial es muy complicado porque tienen que darse muchas circunstancias. Tienes que hacer bien las cosas y además tener la suerte de que ninguna de las selecciones que se enfrenten sea la de tu federación.
-Ha arbitrado en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en el Mundial del 2011 y en la final de la Eurocopa del año 2005, ¿por qué motivo ha sido especial arbitrar en este mundial?
- Este fue más especial porque tengo un crío de ocho meses y me tuvieron que practicar la cesárea, así que pensaba que iba a ser muy complicado volver a estar al máximo nivel. Además, el fútbol femenino está avanzando a pasos agigantados tanto a nivel de futbolistas como de árbitros, así que la exigencia para poder llegar a torneos de este nivel es cada vez mayor.
-¿Existe alguna diferencia entre las pruebas que deben pasar las mujeres y las de los hombres?
-Las pruebas que hace la FIFA, que fue la organizadora del mundial femenino, son diferentes según el género. Sin embargo los criterios empleados por la Federación Española son los mismos para todos.
-¿Por qué motivo no hay una mayor presencia de mujeres en el arbitraje profesional?
-Por la exigencia física. Somos un poco más lentas, que es algo que nos limita. Pero la juventud viene pisando fuerte. Hace diez días estuvimos todos los árbitros de la Federación reunidos en Santander y me quedé sorprendida por el buen nivel que hay entre las más jóvenes. Vienen pisando muy fuerte.
-¿Cuáles son las principales diferencias entre el fútbol femenino y el masculino?
-Principalmente la velocidad del juego. El de los hombres es un poco más rápido y el de las chicas más técnico. Pero las diferencias son cada vez menores porque el fútbol femenino ha evolucionado mucho en los últimos años.
«El arbitraje te engancha y te genera una dependencia cada vez mayor»
El arbitraje ha ocupado un lugar muy importante en la vida de Yolanda Parga, ya que comparte su pasión con su padre y su marido, ambos exárbitros profesionales de fútbol.
-¿A qué edad comenzó a arbitrar?
-Empecé a los 13 años. A partir de ahí el arbitraje te engancha hasta convertirse en una adicción que te genera una dependencia cada vez mayor.
-¿Qué le ha aportado su profesión?
-Me ha dado muchas cosas. Me ha permitido relacionarme con mucha gente, aprender y conocer a otros árbitros como, por ejemplo, a mi marido, Carlos Megía Dávila [exárbitro de Primera División].
-¿Se dedica exclusivamente al arbitraje?
-No. Soy trabajadora social. Compagino el arbitraje con mi trabajo en una prisión.
-¿De dónde le viene su interés por esta profesión?
-De mi padre, que fue árbitro durante muchos años. Llegó a ser asistente de [Raúl] García de Loza.
-¿Requiere mucha dedicación?
-Sí, entreno todos los días, excepto los miércoles, que es mi día libre. Además de la parte de acondicionamiento físico tenemos que ir a clase y ver vídeos de jugadas dudosas.
Noticia e imagen: http://www.lavozdegalicia.es/
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