El árbitro cubano que ha pitado dos finales de Mundial de Fútbol
Cuba
cuenta con uno de los mejores árbitros de fútbol sala (futsal) del mundo. Sin
embargo, Sergio Enrique Cabrera Acosta, que es como se llama, es un desconocido
para los cubanos. En 2012 fue seleccionado como mejor árbitro de Cuba de todos
los deportes, y solo recibió una serigrafía enmarcada y un trofeo.
Su
carrera ha sido prácticamente meteórica. En ocho años de carrera como árbitro
ya se había convertido en referee certificado por la Federación
Internacional de Fútbol Asociado, FIFA, y ya en este punto de su vida ha pitado
una final de torneo de CONCACAF (Norte, Centroamérica y el Caribe) y dos
mundiales de futsal.
Una
duda me asalta: ¿Cómo es posible que Cuba, sin tradición futbolística de
resultados, cuente con varios árbitros FIFA? Y de inmediato tengo la respuesta
de Cabrera en exclusiva para OnCuba:
“Cuba
fue una potencia en el área de futsal para jugadores y lo demuestra la
clasificación para cuatro mundiales. Eso, lógicamente, se refleja en su
arbitraje. Ahora no es así. Cuba en esa primera década de este siglo desarrolló
muchos eventos universitarios y nacionales de forma sistemática apoyada por la
AFC (Asociación de Fútbol de Cuba) y permitió un desarrollo alto de jugadores y
árbitros, pero eso ya es historia. Ahora se realizan solo tres torneos al año,
el nacional de una semana, la Copa Gelabert en La Habana otra semana y la Copa
Che, en Santa Clara, durante solo un fin de semana.”
Te
convertiste en el mejor árbitro del premundial CONCACAF de Guatemala en 2012.
¿Cómo consigues esa distinción en tu primer evento internacional?
Lo
de la distinción de ser designado para referee de la final de
CONCACAF fue una gran sorpresa para mí. En 2008 pude ir al premundial de
Guatemala pero el INDER no me tramitó mi pasaporte en tiempo y fui sustituido
por un árbitro de Estados Unidos, que posteriormente fue al mundial.
Participé
en el premundial de Guatemala sin asistir a un curso FIFA pues anualmente nos
invitaban a Centroamérica a los cursos para árbitros FIFA de futsal de
CONCACAF, y la AFC nunca propició que fuéramos a esos cursos por lo que
estábamos en desventaja total. Allí llegué, al premundial, sin un partido
internacional de nivel A. Solo topes internacionales en La Habana.
Me
designaron para la final del clásico de Centroamérica, a estadio lleno, entre
Guatemala y Costa Rica y parece que lo hice bien. Luego regresé a Cuba muy contento
y entonces fue cuando me empezaron a respetar, pues nadie en el fútbol apostaba
por mis resultados.
Por
tus resultados participas en el Campeonato Mundial de Tailandia en 2012 y
formas parte del cuerpo arbitral de la final. Háblame del torneo y sobre todo
del sueño de estar en una final mundial.
Cuba
ha tenido árbitros FIFA en el futsal que han ido a mundiales: en 2004 Vladimir
Masó trabajó en Taipei, en 2008 Antonio Álvarez en Brasil y el caso mío en
Tailandia 2012.
Entrené
día a día solo en la pista de la Sala Amistad de Santa Clara y sin saber nada
más desde julio hasta octubre, hasta que un buen día me llaman a casa y me
dicen que estaba designado para el evento mundial. Primero tuve que aprobar las
pruebas físicas en La Habana, unos días antes de la salida para Bangkok, y
luego viajar al otro mundo. Allí en Bangkok me enteré de cuántos árbitros
estaban designados: éramos 39 de 37 países y de mi área éramos seis. Nos
sometieron a otras pruebas físicas y a un curso de actualización previo al
mundial.
Los
asesores FIFA nos habían monitoreados por televisión en el premundial y sabían
mucho de nosotros. En la copa mundial de FIFA fuimos recibidos por Ángel María
del Villar, que actualmente es presidente de la Comisión de árbitros de FIFA, y
presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). En ese torneo
trabajé 9 partidos y ese noveno juego fue la final. Luego de octavos de finales
hicieron un corte y quedé entre los 18 árbitros que seguirían para cuartos,
semi y final.
Allí
trabajé a Brasil, Rusia, Portugal, Colombia, Irán, España dentro y fuera de la
cancha y por mi accionar me designaron como tercer árbitro en la final
Brasil-España. Creo que fui uno de los árbitros que más designaciones tuve y
cada designación para mí era una alegría sin palabras, luego de las cosas que
había venido sufriendo en nuestro ámbito.
Allí
vi los mejores jugadores y equipos del mundo y también los máximos conocedores
del arbitraje mundial. Me sentí realizado como persona y como profesional,
aprendí el triple de lo que había aprendido en un mes y me sentí muy feliz por
alcanzar eso por Cuba.
Ver
una revista donde uno aparece entre los árbitros finalistas de la historia del
futsal del mundo es un orgullo muy grande para toda la vida, no solo para mí
como persona y mi familia, sino para los árbitros de Cuba de cualquier
deporte, que son tan criticados y subvalorados por todos, en especial por el
INDER.
Por
si fuera poco eres quizás el único arbitro cubano que ha participado en dos
finales de campeonatos mundiales de ambos sexos (estuviste en el Campeonato
Mundial femenino de Costa Rica en 2014). ¿Qué diferencias se establecen en el
caso del futbol sala a la hora de pitar hombres y mujeres? ¿Cómo llegas a ser
el árbitro principal de una final mundial?
No
existe diferencias en lo deportivo, ni en la exigencia arbitral, solo que el
mundial femenino lo apoya FIFA pero no lo reconoce como una Copa Mundial
organizada por ellos. Es muy difícil dirigir un partido de mujeres. Fue un
torneo que me entero que soy designado un mes antes. Solo hice lo que siempre
hago: concentrarme y tratar de hacerlo bien juego por juego sin descuidar mi
personalidad, mi alegría como cualquier cubano y mis experiencias.
Allí
pité en cuatro fechas de cinco y trabajé el clásico Portugal- Brasil en
la final. Allí estaban los 20 mejores asesores de árbitros de futsal del mundo
mirando ese partido en el que expulsé a dos jugadoras de forma directa.
Me
felicitaron al llegar al hotel y fue algo tan bello que me siento muy feliz por
la aprobación de ese esfuerzo. Sin embargo, nadie de la Federación cubana me
felicitó de manera personal por esa final. Qué triste, ¿verdad?
Con
semejante palmarés ¿qué sueño queda por realizar en el mundo del arbitraje?
Me
gustaría participar en las eliminatorias de Colombia 2016 y que los árbitros
cubanos sean reconocidos por sus resultados. En Cuba premian a los atletas pero
casi nunca a un árbitro.
Noticia e imagen: http://oncubamagazine.com/
¿Qué opinas?