Quién fue… John Langenus: el primer árbitro de una final mundialista (Vídeo histórico)
John
L. Langenus nació el 8 de diciembre de 1891 en Berchem, Bélgica, en el seno de
una familia acomodada. Una lesión en el pie le impidió ser futbolista, por lo
que encaminó sus pasos al arbitraje. Suspendió su primer examen para ser
árbitro por no ser capaz de contestar a dos preguntas: qué debía de hacer
un colegiado si un balón alto impactaba con un avión que viajara a baja altura y
qué debía hacer si un guardameta se sentaba sobre el larguero y se negaba a
bajarse. Tres meses después se volvió a presentar y aprobó.
Sus
inicios fueron duros, arbitrando hasta tres partidos cada domingo y trasladándose
entre los campos, muchas veces, a pie. Durante sus primeros años recibió
agresiones y amenazas, pero nunca abandonó por su amor al arbitraje. Una de las
principales anécdotas de su carrera en Bélgica tuvo lugar cuando le tocó pitar
un partido de máxima rivalidad entre el Racing de Bruselas y el Brujas, equipos
que se jugaban el liderato. Langenus había decidido llevar dos relojes, uno en
cada muñeca, para asegurarse de controlar bien el tiempo. Además, un jugador
inglés del Racing, Bunyan, le prestó un moderno cronómetro que le acababan de
enviar desde Inglaterra. El problema es que al poco de empezar el partido,
Langenus se dio cuenta de que no había puesto en marcha el cronómetro y que no
se había fijado en la hora de comienzo del encuentro en sus dos relojes,
despistado por el nuevo invento. Al no haber reloj en el estadio y no
atreviéndose a preguntar, Langenus decidió pitar el final del primer
tiempo a ojo. Lo hizo con tanto convencimiento, que nadie se preguntó si
habían transcurrido o no 45 minutos.
Su
debut en las grandes competiciones fue en los Juegos Olímpicos de 1928, en
Amsterdam. Pitó dos partidos: el inaugural (Uruguay 2-0 Holanda) y el que
dirimía el bronce (Italia 11-3 Egipto). Dos años después, Langenus fue uno de
los elegidos para arbitrar el primer Mundial, que se celebró en 1930 en
Uruguay. Pitó dos partidos de la primera fase: el Uruguay 1-0 Perú y el
Argentina 3-1 Chile y dos de la fase final: la semifinal Argentina 6-1 Estados
Unidos y la final Uruguay 4-2 Argentina.
El
colegiado belga arbitró todos los partidos ataviado con pantalones de golf
o bombachos, chaqueta y corbata. Y lo hizo, en términos generales, bastante
bien, a juzgar por las crónicas de la época. La final era un partido difícil,
qué duda cabe, debido a la rivalidad entre uruguayos y argentinos. De hecho,
antes de empezar el partido Langenus se informó de una ruta de escape para
llegar al barco que le tenía que devolver a Europa si la cosa se ponía fea.
Tuvo, además, la buena idea de mediar en un conflicto previo: cada una de las
dos selecciones querían jugar el partido con su propio balón. Langenus propuso
que se jugara una parte con uno y la otro con el otro, solución que satisfizo a
ambos capitanes. El único pero que se le pudo poner al belga es que el parecer
el primer gol de Argentina fue en fuera de juego, pero en todo caso, no fue
determinante para el resultado final.
Cuatro
años después, en el Mundial de Italia 34, Langenus repitió, aunque sólo pitó un
encuentro: el Checoslovaquia 2-1 Rumanía disputado en Trieste. Pero nuestro
protagonista todavía tenía energías para pitar en un tercer mundial. Fue
en Francia 38. Arbitró un partido de la primera fase, el Suiza 1-1 Alemania y
el encuentro por el tercer y cuarto puesto: Brasil 4-2 Suecia.
Una
curiosidad es que durante toda su carrera, siempre arbitró con el mismo
silbato, uno que adquirió de joven. Tras colgar ese silbato, escribió dos
libros: Pitando por el mundo: recuerdos e impresiones de un árbitro de
fútbol y Fútbol y futbolistas. Langenus falleció el 1 de octubre de
1952.
Os
dejo con un resumen de aquella final de 1930:
¿Qué opinas?