Jaume Bardají: "Da pena ver llorar a un árbitro joven"
Jaume Bardají
(Barcelona, 1975) empezó a arbitrar en 1995, tres años después llegó a Ibiza y
desde entonces ha arbitrado infinidad de partidos de todas las categorías. La
nueva reglamentación le obliga a retirarse con 40 años, en su mejor momento,
cuando más experiencia y conocimientos tienen.
Bardají ha sido uno
de los mejores árbitros de Ibiza que han estado en Tercera División. En la vida
y en un campo de fútbol puede presumir de tener mano izquierda, tacto y
conocimientos. Un árbitro como la copa de un pino que le devolvería al fútbol
algo de lo que ha recibido durante las últimas 18 temporadas si sigue enseñando
a los jóvenes cursillistas pitiusos con la misma sensatez y sabiduría que ha
tenido para acabar su carrera siendo el sexto mejor colegiado de Baleares esta
campaña.
- ¿No le parece que es muy joven para dejar el
arbitraje?
- Una cosa es lo que
me pueda parecer a mí y otra es lo que te digan. En este caso me han dicho que
tengo que dejarlo y no tengo más remedio que marcharme.
- ¿Pero a usted qué le parece?
- Por mis
características individuales me siento joven para seguir arbitrando, pero
entiendo que hay gente joven que están subiendo con mucha preparación. No se
puede competir contra las aspiraciones de gente de 20 años.
- ¿Se marcha con pena?
- No. Me voy
contento porque he hecho lo que quería hacer en una categoría tan digna como es
la Tercera División. Me voy con la cabeza alta y con el reconocimiento de mis
compañeros, lo que hace que me marche feliz y satisfecho. He colmado mis
aspiraciones y no me voy ni con pena ni con resignación.
- ¿Cómo debe ser un buen árbitro de fútbol? ¿Qué
características debe reunir?
- Tiene que ser
honesto y que se haga respetar. Son las dos reglas más importantes en mi
opinión. También debe tener la conciencia tranquila cuando acaba el encuentro
que han arbitrado. Esa será la mejor prueba de que ha sido honesto con su
trabajo.
- ¿Qué errores suelen cometer habitualmente los
colegiados?
- Si hablamos de las
Pitiusas diré que el gran problema es el volumen de partidos que tienen los
trencillas. No pita igual uno que tiene dos partidos el fin de semana que otro
que dirige cuatro. A nivel nacional creo que las reglas de juego no nos
amparan. Se deja demasiado margen a la interpretación o a nuestra apreciación.
Ese margen es el que siempre nos condena. También hay demasiada opinión
subjetiva de la gente.
- ¿Son imparciales los árbitros? ¿Están influenciados?
- Yo pongo la mano
en el fuego porque son totalmente imparciales. No tengo ninguna duda. El primer
interesado en que el partido salga bien es el árbitro. Yo no creo que ningún
colegiado quiera que se hable de él una vez acabado el partido o al día
siguiente. El mayor interesado en la imparcialidad es el árbitro.
- ¿Cómo está el mundo del arbitraje en general?
- En general tiene
muy buena salud. Hay muchísimos árbitros jóvenes en España. Gente que está
subiendo con mucha capacidad, con muchas aspiraciones. Hay muchas delegaciones
llenas de chavales que quieren arbitrar. Hay gran nivel porque hay infinidad de
gente joven.
- ¿Cuáles son los problemas más habituales que tienen
los jóvenes?
- Suelen ser de
preparación y de capacidad de adaptación al encuentro. Cada partido y cada
equipo son diferente, por lo que deben adaptarse a las circunstancias. El nivel
disciplinario no es el mismo en todos los choques. Tienen que aprender a leer
los encuentros y volvemos a lo de antes: si tienes varios partidos la capacidad
va disminuyendo y eso la gente no lo entiende.
- Entonces puede decirse que aquí sí hay cantera
arbitral...
- Sí que hay, pero
no me atrevo a asegurar que haya en el futuro. Ahora tenemos varios
cursillistas que vamos a colegiar pero ¿cuántos de ellos seguirán el año que
viene? No lo sabemos, pero sí que tenemos constancia de que cada año hay alguno
que lo deja por estudios, por desmotivación o por factores externos del arbitraje
porque todos sabemos que no todo es arbitrar.
- ¿A qué se refiere concretamente?
- Pues a que luego
tienen problemas en los campos, repiten equipos y encima hay gente que
malinterpreta su papel. Falta comprensión. Un ejemplo: nadie quiere pitar un
partido de benjamines si no hay árbitro. Ningún padre se atreve. Te dicen que
no quieren problemas. Sin embargo, viene un chaval cursillista de 15 años que
cobra 30 euros y la gente se piensa que esto ya le da derecho a meterle
presión, insultarlo y acosarlo.
- Este problema parece no tener solución porque pasa
todas las temporadas.
- La gente se está
cargando la ilusión de los chavales que empiezan a arbitrar. Les damos clases
de reglamento, técnica y todo lo demás y ves que están muy ilusionados, pero poco
a poco se van desencantando. ¿Por qué? Porque no se les respeta.
- ¿Quién no los respeta?
- El entorno del
fútbol, en general. Los entrenadores, por ejemplo, quieren ganar por encima de
todo, algo que envuelve al delegado, a los padres, etc. Si un entrenador, como
estamos viendo en categorías inferiores, tiene una plantilla de 14 o 15
jugadores y solo convoca a nueve es que únicamente quiere ganar y esto pasa en
el 99 por ciento de los partidos de prebenjamines, benjamines y alevines. Lo
que prevalece es ganar. No están formando jugadores. Están intentando ganar la
competición. Es el mensaje del que me quejo. Me quedo perplejo cuando veo todo
esto en los campos.
- Tampoco intervienen los clubes para evitar esta
actitud.
- No. Ellos también
están premiando el resultado y el ser campeones en vez de formar e inculcar el
respeto. Todo esto repercute en nosotros. Un chaval de 15 años que va a un
campo tiene que estar protegido. La gente no comprende que cuesta mucho formar
a un árbitro y que cuesta muy poco perderlo. Es muy complicado y no hay
conciencia de este gran problema.
- ¿Cuál es el peor enemigo de estos chicos, el
reglamento, los jugadores, los técnicos, los directivos o los familiares?
- Es un cóctel de
todo. Yo siempre les digo que el reglamento está para interpretarlo y para
adaptarlo a las circunstancias. Siempre les digo que tengan sentido común. El
sentido común tiene que imperar en todo y también tienen que ser buenas
personas. No puede ser utilizar el reglamento en contra de nadie porque te esté
chillando o te diga cosas.
- ¿Qué es lo más desagradable que ha visto en un
campo?
- He visto
demasiadas cosas que no me han gustado. He visto llorar a árbitros jóvenes más
de una vez y da mucha pena. La gente se está cargando el fútbol base. Chavales
que van de asistentes porque están empezando y que lo pasan muy mal, llegando
al vestuario fastidiados y jodidos. Eso me duele un montón porque un
cursillista no se recupera. Recuperarlo nos cuesta muchísimo y con 15 o 16 años
no se lo merecen. ¿Qué pretenden que siempre les pite un gran árbitro? Me duele
porque no puedes estar siempre dando didáctica. No entienden que ese chaval que
va a pitarles no es Undiano Mallenco, que es un joven de Eivissa que está
intentando ser árbitro. Por todo ello, la plantilla está envejeciendo. Hay
chavales, pero no hay continuidad y por tanto no progresan. La gente debería
darse cuenta de la importancia del arbitraje y de que se están cargando el
fútbol.
- ¿Qué ocurre que cada temporada los equipos pitiusos
que juegan competiciones provinciales se quejan de los arbitrajes?
- Un árbitro siempre
quiere pitar bien. Cuando un conjunto juega de visitante le parece que siempre
le perjudican. Creo sinceramente que ahora hay una generación de buenos
árbitros. No nos podemos amparar en la antigüedad y en que antes pasaban
algunas cosas. Lo que debe primar y lo que debe tenerse en cuenta es que en la
actualidad los arbitrajes, todos, son más que aceptables. Eso es lo importante.
- ¿Son imparciales los árbitros? ¿Están influenciados?
- Yo pongo la mano
en el fuego porque son total y absolutamente imparciales. No tengo ninguna duda
al respecto. El primer interesado en que el partido salga bien es el árbitro. Yo
no creo que ningún colegiado quiera que se hable de él una vez acabado el
partido o al día siguiente. El mayor interesado en la imparcialidad es el
árbitro.
- ¿Se gana dinero con el arbitraje?
- Rotundamente no.
Un partido de Tercera está bien remunerado pero arbitras uno o dos al mes,
pero, por ejemplo, por un partido de Liga Nacional juvenil cobró 45 euros con
el desplazamiento y la gasolina incluida. A veces me he lesionado y me ha
costado más el fisio. No está bien pagado el arbitraje.
Noticia e imagen: http://www.diariodeibiza.es/
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