PREPARACIÓN PARA LA COPA MUNDIAL: Experiencia de Brian Hall
Desde dos años antes de la Copa Mundial
de Sudáfrica, Brian Hall se ejercitó durante cuatro horas casi todos
los días.
Levantó pesas, corrió, hizo entrenamiento en
intervalos y monitoreó su ritmo cardíaco mientras trabajaba en su empleo
regular. Años antes de eso, lograba hacer ejercicio mientras trabajaba en una
oficina de tiempo completo como vicepresidente de balances de compra en Visa y
director de un software.
Hall tenía un objetivo: ser árbitro en la Copa Mundial.
Los árbitros, que pueden doblar la edad de los
jugadores, corren por toda la cancha junto con los jugadores y prestan mucha
atención a todo el juego. Corren en promedio 12 millas (poco más de 19
kilómetros) durante cada juego, cinco millas (8 kilómetros) más que los
jugadores, según información de la Federación de Futbol de Estados Unidos.
El camino para convertirse en árbitro para el
evento deportivo más grande del mundo es físicamente demandante. FIFA, el
cuerpo regulador que supervisa el torneo, establece rigurosos requisitos de condición
física para los árbitros de la Copa Mundial, en un proceso de eliminación
que comienza tres años antes de la competición.
A diferencia de los jugadores élite de fútbol, que
tienen un equipo de entrenadores y especialistas, la mayoría de los árbitros
tiene un empleo regular, como en una oficina o como profesores, y la mayoría
tiene que encontrar el tiempo para entrenar por su cuenta.
En cuanto a mantener el paso, "competir con
los mejores jugadores del mundo no es una tarea fácil", dijo Hall,
quien fue árbitro en la Copa Mundial 2002.
Junto con las demandas físicas, los árbitros
pagados también enfrentan juegos psicológicos en la cancha. Deben saber
distinguir entre los "teatritos" de los jugadores y la realidad,
escuchar sus disgustos y soportar sus rabietas.
También deben tomar decisiones cruciales, sabiendo
que cada una de ellas será puesta en duda por millones de fanáticos
escandalosos, expertos y cámaras de televisión.
Se reúnen con psicólogos deportivos para
ayudarlos a lidiar con las presiones, dijo la FIFA.
En 2007, la FIFA modificó sus capacitaciones para
los árbitros lanzando el Programa de Ayuda a los Árbitros, para preparar a
los candidatos para 2010.
Como los árbitros deben mantener la velocidad del
juego, se someten a dos pruebas de condición física para imitar la acción en la
cancha de fútbol, y se someten a otras pruebas varias veces.
La primera prueba es la velocidad: un
árbitro debe correr 40 metros 6 veces; cada una de estas carreras cortas debe
completarse en 6.2 segundos en el caso de los árbitros hombres, y tienen un
minuto y medio de descanso entre cada carrera.
La segunda prueba estudia la resistencia de los
árbitros en repetidas carreras de alta intensidad. Deben correr 150 metros en
30 segundos, y después deben caminar 50 metros en 35 segundos. Esto se repite
20 veces, lo que equivale a diez vueltas a una pista de carreras. Los jueces
de línea tienen estándares menos estrictos.
Las pruebas de resistencia física "son muy
exhaustivas", dijo Hall, el último árbitro estadounidense que
ofició juegos en la Copa Mundial.
"Cada vez que tomaba las pruebas, no dormía
muy bien la noche anterior, porque temía lastimarme, y te preocupa que el clima
no sea el ideal porque puede complicar las pruebas; esas 'cositas' son factores
que te pueden afectar de forma negativa", dijo.
Para asegurarse de que sean físicamente capaces,
los árbitros suelen usar un reloj que monitorea sus ritmos cardíacos.
Aunque puede sonar exagerado, Hill dice que el
monitoreo tiene sentido.
"Es muy difícil que los oficiales sin
lineamientos, sin ese enfoque de supervisión, mantengan la misma condición que
los jugadores deben mantener", dijo Hall.
Y estar en buena forma puede ser útil en otras
facetas del trabajo.
"No queremos que un cuerpo lastimado afecte
negativamente la concentración y la capacidad mental para ver algo, porque
mientras más cansado esté tu cuerpo, más lento funciona el cerebro", dijo.
Los árbitros también reciben planes de
entrenamiento semanal.
"Es un horario de entrenamiento que consiste
en carreras de distancia, entrenamientos por intervalos y planes de nutrición",
dijo Tamberino. "Ellos también son atletas y siguen el mismo plan de
entrenamiento, nutrición e hidratación, y reciben información sobre lo que
deben comer: muchas proteínas, carbohidratos y poca azúcar".
Los planes de nutrición son específicos, con
alimentos como huevo, avena y cereal con leche al 2%.
Un año antes de la Copa Mundial 2002, Hall
aceptó una compra de su compañía para poder dedicar más tiempo a su
entrenamiento.
Hall era entrenador de un equipo de preparatoria en
el norte de California, y practicaba carreras laterales y cambios de dirección
repentinos para imitar los movimientos del futbol. Entrenaba en el gimnasio y
después visitaba a un fisioterapeuta. También lograba entrenar mientras
supervisaba los partidos de otras ligas.
Los entrenamientos diarios de cuatro horas eran
"algo locos", dijo, pues intentaba imitar lo más posible lo que haría
un jugador para prepararse para ser un árbitro en la Copa Mundial.
Incluso después de los entrenamientos intensos,
presidir los juegos de la Copa Mundial es muy agotador. Durante los
últimos diez minutos en el partido entre Ecuador e Italia, dio un vistazo a su
reloj y vio que registraba un ritmo de 160 latidos por minuto (el nivel
recomendado para un hombre de 40 años es de 90 a 135 al hacer ejercicio).
Hall recuerda haber visto con envidia a los
jugadores cuando eran relevados por sus sustitutos, y deseó que hubiera
árbitros en la banca.
"Trabajas muy duro porque hay presión sobre la
Copa Mundial", dijo, y agregó que toman el desempeño muy personal y se
mantienen cerca del juego para tomar las decisiones correctas. "Por eso
pasamos tanto tiempo capacitándonos y entrenando, porque se siente un gran
orgullo llegar al juego con la mejor condición física posible".
Noticia e imagen: http://expansion.mx/
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