Perfil del árbitro Marco Antonio Ortiz
Con 28 años, Marco Antonio Ortiz estará encargado de pitar el Clásico
entre América y Chivas en
el Estadio Azteca, y aquí te lo presentamos.
Este árbitro, quien hizo la carrera de Técnico Radiólogo, suele
motivarse de una forma peculiar, la cual no está alejada de lo que hacen los
futbolistas: poner tonadas relajantes antes de saltar al terreno de juego, ya
sea baladas, Pop en español o en inglés, incluso, música de banda, pues le
gustan todos los géneros.
‘Gatillo’, le apodan y su mejor legado ha sido el de su padre, Marco
Antonio Ortiz Vargas, también arbitro profesional y quien dirigió en Primera
‘A’. A éste le decían ‘El Gato’ en Durango, por sus ojos verdes. Ahí se
desempeña hasta la actualidad, aunque ya no como árbitro, sino como delegado y
asesor de los propios colegiados.
El sobrenombre de Marco Ortiz surgió, entonces, de su papá, ya que solía
acompañarlo a todos los lugares a donde le tocaba trabajar en la sufrida
profesión.
El silbante tendrá un duro paquete este sábado, aunque si algo tiene es
carácter para sacarlo avante. Buena parte de esto también lo ha sacado de sus
compañeros y de su recinto de labores en la ciudad de Irapuato, Guanajuato,
donde reside y donde se ha estado preparando junto a otros árbitros que
pertenecen a su delegación, tales como Francisco Chacón, Enrique Santander y
Erick Miranda, con los que ha conformado una familia muy unida, en la cual se
dan ánimos unos a otros, además de haber recibido ya algunos consejos por parte
de estos para el Clásico Nacional.
La parte psicológica es un aspecto importante en la preparación diaria
Marco Ortiz, en particular en este caso, ya que se enfrentará a un sinfín de
aspectos por tratarse de un partido mediático y además, porque será la primera
vez que se desempeñe como juez central en el Estadio Azteca, donde había estado
ya como cuarto árbitro.
Marco Ortiz no había silbado nunca un partido de esta envergadura. De
hecho, entre los 21 juegos de experiencia que lleva en Primera División, desde
su debut en 2015, sólo le ha pitado una vez a Chivas y nunca al América.
Casado y papá de una pequeñita de tres años, no es mucho de cábalas. Tampoco
cree mucho en la suerte. Más bien es un creyente de Dios y del éxito, el cual
desde su perspectiva, hay que trabajarlo día con día.
Noticia e imagen: Espn
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