Presión: 10 claves para decidir (Horacio Elizondo)
¿Cómo hacen los (buenos) árbitros de fútbol? Una de las claves para ser un buen candidato para un puesto directivo
es saber decidir en momentos en los que el tiempo no sobra y abundan las
presiones.
El argentino Horacio Elizondo es uno de los árbitros que
mayor prestigio logró a nivel internacional. Para citar sólo un ejemplo de su
trayectoria, basta decir que fue el referí de la final del Mundial FIFA
Alemania 2006. Sí, el que expulsó al francés Zinedine Zidane en el juego que
terminó ganando Italia.
En una entrevista con el periódico La Nación, Elizondo dio algunos
consejos relacionados con el desafío de ser líder y de tomar
decisiones bajo mucha presión. Algunas de esas recomendaciones están en un
libro que escribió (Partido Ganado) y en el que busca brindar las herramientas
necesarias para decidir mejor en nuestros ámbitos de trabajo, familiares y
sociales.
Como contexto, debes saber que se calcula que un juez de fútbol toma 10
mil decisiones cada 90 minutos, mientras lo están mirando miles de espectadores
en el estadio y, en muchos casos, millones en TV.
- La
final del mundo. “Hay que estar preparado y vivir cada momento
como si estuvieras viviendo la final del mundo. Si no aprendes a
autogestionarte, es difícil gestionar a los demás”.
- Nada
de quedarse paralizado. “Quedarse estático no sirve. Equivocarse
es vital, porque en cada decisión se aprende”.
- Trabajar
en equipo es clave. “Todos los que fuimos a ese mundial (Alemania
2006) empezamos a trabajar desde 2003 juntos en talleres, cursos,
mundiales juveniles. Así se armó un equipo de 70 árbitros de muchos
países. No le puede pedir a un grupo de personas que trabaje en equipo si
no construyeron confianza. Sin eso no se puede hacer nada”. Un ejemplo:
Elizondo expulsó a Zidane sin haber visto el cabezazo que el francés aplicó
sobre el pecho del italiano Marco Materazzi, pero decidió (y acertó) a
instancias del cuarto árbitro, el español Luis Medina Cantalejo. fue su
compañero de “equipo” quien lo advirtió sobre ese hecho.
- Escuchar
al otro. “(El jefe) Está más obligado a escuchar al otro para
modificar cosas en él mismo, en el otro y en el equipo. Tiene que
involucrarse, con parámetros de trabajo claros y dejar hacer. Uno no es el
único dueño de la verdad, y si adopta ese rol, el liderazgo se rompe y el
grupo termina trabajando a media máquina o lo mínimo indispensable”, dijo
a La Nación.
- A
medida de cada uno. “Hay quien necesita más espacio, porque si le
estás muy encima se siente muy presionado, otro que demanda que le estén
más encima. Hay que tener una actitud muy grande de empatía y lograr
emocionar para que cada uno se sienta pleno y tenga sentido de
pertenencia. Ésa es la función del líder”.
- Tiempo. “No
se gana de un día para el otro. Tiene que haber un plan y darle tiempo”.
- Hacer,
aunque duela. “Uno siempre piensa, ¿y si lo hago mal? ¿Y si
pierdo? El miedo y el coraje se presentan juntos, pero las decisiones
tienen que tomarse aun sintiendo miedo, porque nadie nace sabiendo. Es
importante saber que te vas a equivocar. Un error puede lastimarte el
orgullo, pero si te quedas quieto para no caer en el error, no sirve.
Aunque duela, equivocarse es vital, porque en cada decisión se aprende”.
- Práctica,
perseverancia y entrenamiento. “En cada decisión, viene la
sensación de confianza o desconfianza, pero tienes que hacerla
desaparecer, y para eso también se necesita entrenamiento. No hay que
perder de vista que enseguida hay que tomar otra decisión”.
- No
hay lugar para la frustración. “Hay que entrenar la capacidad de
frustrarse y aprender de eso, y cuanto más rápido lo hagas, mejor.
Trabajar en este punto es descubrir las oportunidades que siempre están
ahí. Cuando no fui seleccionado para participar del Mundial de Corea y
Japón, podría haberme quedado en víctima o trabajar y esmerarme para que
eso me proyectara”.
- Cada decisión, como la última. “La entrega tiene que ser total. Hay que tomar cada decisión con la misma actitud y responsabilidad como si fuera la última o la más importante”.
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