“Los que fingen ensucian el fútbol, no el árbitro”
Entrevista con Daniel Vargas,
expresidente de la Comisión de Arbitraje de Costa Rica, quien asegura que el
futbolista es quien le falta al respeto al deporte y quien mediante el engaño
busca la victoria a como dé lugar, aunque esta irrespete la ética del fútbol.
¿Ha evolucionado el comportamiento
del jugador en la cancha?
Totalmente, antes los jugadores se dedicaban a jugar fútbol y sabían
que alguien impartía orden y se respetaba la posición del árbitro. Ahora la
actitud es no jugar fútbol, sino sacar el resultado a como dé lugar,
presionando al árbitro lo más posible.
¿Hay un irrespeto a la autoridad
por parte de los jugadores hacia el árbitro?
Claro que sí, tengo 45 años de ver fútbol, antes solamente el capitán
se dirigía al árbitro y el hacía de intermediador con sus compañeros. Ahora
cualquier jugador encara a los réferis, les gritan y les falta el respeto. Hoy
el capitán no cumple una función específica, puede ser cualquiera. Este jugador
debe ser un ejemplo en el camerino, pero también en la cancha.
¿La Comisión ficha a los
jugadores malintencionados, o que fingen?
No lo hacemos, aunque lógicamente los árbitros conversan a lo interno,
no son ingenuos, ellos mismos no lo exteriorizan pero saben las mañas de cada
jugador, lo ven partido a partido.
¿Estos jugadores predisponen al
árbitro?
Nada más imagínese si su jefe cada viernes le llega gritando, por
supuesto que uno se predispone, y no es justo, son personas. Y sí tienen que
mejorar y mucho, pero los jugadores tampoco colaboran. Errores siempre habrá es
lógico, pero la crítica irrespetuosa y en exceso no van a llevar a nada.
¿Cómo se puede mejorar el
ambiente en este momento?
Hay que entender que el fútbol es como un banco pero este tiene cinco
patas y son: los jugadores, administrativos, árbitros, afición y periodistas.
Todos tienen que colaborar para que el espectáculo mejore. Con que uno de estos
esté desalineado, todo se viene abajo.
¿A qué se debe que los futbolistas
sean cada vez más mañosos?
Estas actitudes vienen desde las ligas menores, en casos he visto a
jóvenes de 13 años que fingen faltas y nadie los corrige. Entiendo que esta es
una profesión y que deben ganar para subsistir y crecer, pero los clubes tienen
que enseñar profesionalismo. Por ejemplo, Álvaro Saborío en una ocasión fue
sancionado con $5 mil por fingir una falta, su propio equipo lo sancionó. Ellos
saben que los que se tiran al piso y fingen faltas ensucian al fútbol.
Noticia e imagen: La República
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