El Pony, cantera de árbitros colombianos
“¡Ay! pero si es un niño el que está ahí de juez de línea”. Expresiones
como estas son las más comunes que se escuchan en la tribuna al ver a Marlon
David Castillo Giraldo, un chico de 13 años que da sus primeros pasos en el
arbitraje del Festival Ponyfútbol.
Sabe que comenzar a pitar a los 13 años trae muchos desafíos: tener el
estado físico de alguien mayor, tener una autoridad suprema para que la
estatura no sea excusa de irrespeto y, ante todo, la claridad de alguien más
viejo para tener la cabeza fría. “Soy un poquito bravo, entonces a mí no me
hablan duro por ser pequeño, soy de tomar medidas”.
“Uno aquí en este certamen tiene claro que debe educar, ellos y yo
somos unos niños y la edad nos puede jugar en contra, por lo que siempre
debemos aprender”.
Dana, el toque femenino
Dana Isabel Largo no contaba con los recursos económicos necesarios
para sostener su estudio. Por eso, hace un año, buscó asesoría para un trabajo
y encontró, en Róbinson Monsalve, un apoyo. “Él me dijo que me metiera al
arbitraje que dejaba un buen dinero y ayudaba para el futuro”.
De todas maneras, sabía que la profesión se torna pesada por la
cantidad de insultos que se pueden recibir por un ínfimo error. Se preparó
física y sicológicamente para el reto y sueña con dirigir a manera profesional.
En el Ponyfútbol disfruta de una de sus primeras experiencias en el
arbitraje y sabe que aquí no solo aprenden los niños. “Hay jugadas muy
puntuales que quizás con pequeños dejas pasar, pero con los grandes debes
aplicarlo con criterio”, comenta.
Esnéider desarrolla criterio
“Alguna vez el profesor Óscar Gómez -ex árbitro profesional- me enseñó
una excelente frase: ‘uno, del cuello para abajo, debe tener el cuerpo
caliente, pero, del cuello para arriba, debe tener la cabeza fría’; y eso trato
de aplicarlo”, relata Esnéider Suárez, un joven juez.
En el Ponyfútbol vive su segunda experiencia y no duda en catalogar de
fundamental este certamen para sus colegas. “Esto no se trata de tarjetear por
tarjetear, hay que ser conscientes de que existe alguien del otro lado; yo soy
muy sereno, y de cabeza fría”.
Noticia completa e imagen: El Colombiano
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