Jóvenes en el arbitraje
Del Comité Técnico de Árbitros de Cantabria, han debutado recientemente dos jóvenes árbitros: Izan Errea González de catorce años e Iván Canales Franco de once. Los dos saben lo que quieren ser de mayores: colegiados de fútbol en Primera División. Aunque en cierto modo, ya han cumplido su sueño, al menos en las categorías inferiores.
Iván es el miembro más joven del CTAC, y realizó junto a Izan el curso
de acceso la temporada pasada en Santander. Ambos obtuvieron las mejores notas
de su promoción, por lo que ya tienen el título que les permite dirigir
partidos federados.
Cuando Izan e Iván soplaron por primera vez su silbato en el campo de
la Federación Cántabra, las estadísticas históricas comenzaron a funcionar. La
pregunta surgió por sí sola, ¿se había dado algún caso similar de precocidad
arbitral en el fútbol español? «El debut de estos chicos es una alegría para
todos nosotros. Además, yo creo que Iván puede que haya batido el récord de
juventud dentro del arbitraje español», señala José Ángel Peláez, presidente de
la Federación Cantabra de Fútbol, presente el pasado fin de semana en los
encuentros. «También se demuestra que las cosas se están haciendo bien dentro
del Comité de Árbitros», agregó.
Sus comienzos en el mundo del arbitraje son muy similares. Ambos
llegaron de la mano de un amigo. Desde muy pequeño ha compaginado la práctica
del fútbol con los estudios. Por su
parte, Izan tiene mucha semejanza con el que fue su compañero el día de su
iniciación. «Me di cuenta de que me gustaba más arbitrar. Mi padre me llevó al
comité junto a mi amigo Pablo Prieto, y así empecé. Mi intención es llegar lo
más alto que pueda, pero ya sé que es difícil, por eso habrá que trabajar
mucho».
El presidente del Comité Técnico de Árbitros de Cantabria, Adolfo
Vázquez, aseguró que «estos chicos se van a encontrar con situaciones que no
han vivido, pero el arbitraje es una escuela de vida, un aprendizaje continuo y
ambos están preparados. El debut de estos árbitros nos congratula, pero no nos
debería sorprender tanto. Estos chicos, junto con otros compañeros, tienen un
gran currículo, han participado en los cursos de formación que imparte el
director de la escuela Julio Sáez de Buruaga, que a su vez también fue su
tutor. Ahora depende de ellos. Nosotros solo tratamos de ofrecer los medios»,
expone Vázquez.
Noticia e imagen: El Diario Montañes
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