¿Por qué no se cumplen los grandes castigos disciplinarios?
Si bien, este artículo va encaminado sobre el Fútbol de Costa Rica, no es menos que en muchos países del planeta fútbol pasa igual.
Los antecedentes de los últimos 25 años confirman que las duras
sanciones en el fútbol nacional no suelen aplicarse a rajatabla, sino por el
contrario, los clubes terminan ganándole la partida al Tribunal Disciplinario
que dictó sentencia.
En setiembre de 2015, al exgeneraleño Jeffrey Montoya se le acusó de
agredir al árbitro Allen Quirós, en un partido Pérez Zeledón-Limón. La sanción
fue de medio año. Sin embargo, Montoya solo cumplió un partido ya que una
investigación solicitada por su club arrojó que nunca golpeó al central como
este lo indicó en su informe.
Cuatro años antes, en setiembre de 2011, en el Rosabal Cordero se
desató una riña entre los futbolistas alajuelenses Jonathan McDonald, Elías
Palma y el entonces herediano Jorge la Flecha Barbosa, que desencadenó
una sanción de 13 juegos para McDonald y Barbosa, además de diez partidos a
Palma.
La dirigencia liguista alegó en aquel momento que el Disciplinario
aplicó un artículo que no correspondía y consiguió que la pena fuera reducida a
solo tres compromisos para sus jugadores.
De los involucrados, el único que sí cumplió la pena fue Barbosa pues
los rojiamarillos no presentaron ningún recurso de apelación.
En marzo del 2006, Édgar Martínez, un uruguayo que jugaba para el
Santos de Guápiles, recibió 23 partidos de castigo por una aparente agresión al
árbitro central Rándall Poveda.
La directiva guapileña, presidida entonces por Rodolfo Villalobos,
actual jerarca de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol), se apoyó
en videos y argumentó que Martínez no golpeó al silbatero. Tras la apelación,
al charrúa le bajaron la pena a cuatro duelos.
El castigo más elevado impuesto en la historia del fútbol nacional se
aplicó en 1979. Luego de un clásico nacional se sancionó a los saprissistas
Álvaro Sánchez, Francisco Hernández y Edwin Barley con 13 meses fuera por un
pleito.
Al final los tres solo cumplieron con una pena de dos meses.
Fuente: La Nación
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