Raul Sanchez: Desde su silla de ruedas lucha contra la violencia del fútbol
Raúl Sánchez es un joven que da conferencias a niños sobre los valores del deporte y los riesgos de la violencia. Si no seguimos leyendo, pensaremos que tiene esto de noticia pues lo grande de este joven es que da las conferencias desde su silla de ruedas porque una patada al término de un partido le llevó a ella.
Un 26 de abril de 2014, al término de un partido, de una Liga de veteranos, se montó una
trifulca en donde Raúl recibió una patada en la espalda que le fracturó las
vértebras C3, C4 y le produjo una rotura parcial de la médula. Lesión que le
llevó a su tetraplejia. Su vida ha cambiado por completo. «Yo era muy
independiente, me encantaba el deporte, el fútbol, el senderismo, el pádel,
correr, la playa... y ahora todo eso ya no puedo hacerlo. No puedo hacer nada
de lo que hacía antes».
Pero Raúl ha sacado fuerzas y demuestra, diariamente, su grado de superación dando conferencias contra la violencia en el fútbol. «He tenido la suerte de tener a la familia y a los amigos
arropándome y, luego, hay que echarle valor y no venirse abajo»
Dos amigos, Guillermo Cruz y Raquel Sotillos, se han embarcado
con él en un ambicioso proyecto. Alternan charlas a jóvenes futbolistas
para que vean en sus palabras el mayor ejemplo de adónde conduce la violencia
con la grabación de un documental sobre cómo le ha cambiado la vida por culpa
de aquella fatídica patada.
«Quiero que la gente vea de primera mano cómo le cambia la vida a una
persona con movilidad reducida. Y cómo canalizamos esa rabia en algo positivo.
Por eso tratamos de concienciar de las consecuencias que puede tener la
violencia», relata Raúl.
«Quiero que vean que la violencia tiene sus consecuencias irreparables.
Yo no voy a recuperar movilidad, ni mi vida anterior. Una acción de una persona
te convierte en dependiente. Necesitas que te hagan la comida, que te vistan,
que te aseen... Yo me he tenido que cambiar de piso...».
Raúl ya tiene una lista de clubes en espera que quieren
escucharle. Lo combina con la rehabilitación diaria. «Les digo que tienen que
disfrutar, que es un deporte y tienen que tomárselo como tal. Tienen que
competir, pero el contrario es un rival, no un enemigo. El deporte sirve para
unir». Es la base de su discurso.
Apunta a la formación de los padres porque «son el espejo en el que se
reflejan los niños». «Cuando yo era crío había niños que no querían que su
padre fuera a verles jugar. Los padres deberían recibir charlas de educación.
Hay niños a los que equipos grandes no los han fichado por cómo son los padres.
Que un equipo grande no contrate a tu hijo por tu comportamiento es para
mirárselo...», lamenta.
Y añade: «Mi satisfacción es que la gente vea que la violencia tiene
sus consecuencias y si mi ejemplo sirve para que no vuelva a suceder, al menos
es gratificante y me llena».
¿Qué opinas?