La motivación arbitral: antes, durante y después de un partido

La motivación, ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia, tiene tres fases:
FASE 1: MOTIVACIÓN PRE-PARTIDO
La primera fase es la motivación antes del partido, una vez que se te ha asignado dónde tendrás que desplazarte el próximo fin de semana. Lo primero es ver qué equipos son, y esto se comprueba cuando te llega el nombramiento. Es a partir de entonces cuando comienza la auto-motivación.
Es importante para motivarse conocer el estado en la clasificación de los equipos, saber el estado en el que encuentran los equipos es importante para deducir cómo son los equipos (nivel).
Una vez que sabes la clasificación es hora de preguntar y hablar con los asistentes que te acompañarán para tener un feedback de la información que ellos tienen acerca de los equipos que vais a arbitrar. Cuanta más información consigas recabar de tus árbitros asistentes o tus compañeros árbitros que ya hayan arbitrado a alguno de los equipos, mejor será.
Cuando ya está todo analizado, es imprescindible preparar el viaje a la localidad del partido. Saber a qué hora es la salida (y comunicárselo a tus árbitros asistentes), la carretera por donde vais a ir, el tiempo que hará ese día aproximadamente, etc., para no llegar tarde y estar siempre alrededor de una hora y media antes de la hora de comienzo del partido.
FASE 2: MOTIVACIÓN DURANTE EL PARTIDO
Una vez llegas al vestuario y dejas las maletas, lo primero que se hace es salir al terreno de juego para comprobar cómo están las porterías, el estado del terreno de juego, los banquillos, etc…
De vuelta al vestuario se comienza a realizar el acta y se deja claro y se delimitan cuáles son las zonas de cada uno, se anima a que llevemos iniciativa, a pitar las faltas que veamos, a mirarnos el trío arbitral continuamente para estar siempre en comunicación visual (ya que en categorías autonómicas no llevamos los pinganillos).
Se intenta crear un clima de autonomía que influye positivamente en las necesidades psicológicas de los árbitros, ya que refuerza las decisiones que se adoptan y mejora el rendimiento y el acierto. Con esta charla lo que se pretende no es más que darle importancia a un apoyo mutuo en las decisiones que lleven a un buen desarrollo del partido, si creamos un entorno positivo obtendremos un buen resultado.
Después llega el calentamiento, durante los ejercicios de calentamiento hay que hablar con los asistentes y animarlos: “vamos a estar atentos y concentrados en todo momento”, “nos miramos continuamente”….
Una vez que estamos dentro del campo pitando ya el partido, es muy bueno durante los primeros minutos y las primeras actuaciones de los asistentes ir dando ánimos o motivándolos por sus decisiones, ya sea de forma verbal o mediante gestos (enseñando el dedo pulgar).
Durante el descanso se dan algunas consignas para modificar cosas en la segunda parte (si es que hay alguna que modificar) y para reforzar, dando la enhorabuena por la actuación que están llevando a cabo todos los componentes del trío arbitral.
Al finalizar el partido uno sabe o conoce normalmente cómo ha actuado ese día, pero un sinónimo de que lo has hecho bien que te refuerza es si los dos equipos, a pesar de haber un vencedor y un vencido, te felicitan por tu actuación. Es algo muy reconfortante y motivante.
FASE 3: ANÁLISIS POST-PARTIDO
Es muy importante corregir errores para futuros partidos y esto es algo que podemos llevar a cabo tras el encuentro, porque es mejor hacer un análisis en frío de lo positivo y negativo del partido para poder seguir mejorando semana a semana.
Si el árbitro se encuentra motivado, y psicológica y físicamente bien preparado le saldrá un buen partido porque no dejará escapar nada.

Por: José Manuel Bustamante Castaño, Diplomado en Psicología y Árbitro en 1ª División Andaluza.
Artículo completo en: Blog Decathlon


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