«Lo pasé muy mal cuando me llegó el momento de dejar el arbitraje por la edad»
El segundo por la izquierda de la foto es José López de la Fuente, responsable de informar sobre los
colegiados que visitan Galicia para dirigir a Celta o Deportivo, pero
anteriormente fue árbitro de esta comunidad y el único, hasta la fecha, de Lugo
que ha llegado a la Primera División. Su primer partido lo dirigió con 15 años
y se retiró a los 41 años al cumplir la edad reglamentaria.
-¿Cómo decidió hacerse árbitro?
-Me apasiona el fútbol al que jugué hasta los 15 años en los que milité
en el San Antonio y el Saamasas. Varios de mis amigos estaban en el mundo del
arbitraje y comencé a acompañarlos. Aquello me gustó y decidí meterme.
-¿Cuántas temporadas estuvo en activo?
-Me dediqué al arbitraje durante 25 años, desde 1975 al 2000 cuando me
retiré estando en Segunda División y por imperativos de la edad al cumplir 41
años y cuando pienso que estaba en mi mejor momento.
-¿Cómo asumió el momento de dejar el arbitraje?
-Al principio muy mal y me lo tragué yo solo. Además me costaba
asimilar que cuando estaba mejor y con mayor experiencia tuviera que dejarlo.
Ahora lo tengo más que asumido, pero insisto en que me resultó muy complicado
tener que dejarlo.
-¿Sigue ligado al mundo del arbitraje?
-Sí, continúo ejerciendo como delegado de partido en Primera y Segunda
División.
-¿Cuál es su mejor recuerdo?
-El día que me comunicaron el ascenso a Primera División, fue lo
máximo. Estaba en Vigo en una cena del Comité Gallego de Árbitros cuando me lo
comunicaron. Fue una noche muy feliz.
-¿Alguna vez llegó a pensar que alcanzaría la Primera División?
-La verdad es que nunca lo pensé. Desde que comencé en este mundo sabía
que era muy complicado y mucho más al ser de una ciudad pequeña como Lugo. Al
final puedo decir que me lo gané a pulso y que nadie me regaló nada. También
puedo decir que nunca puse peros, ni cuando ascendí ni cuando descendí.
-¿Cambiaron mucho las cosas desde su época a la actual?
-Mucho, ahora los árbitros están mucho mejor preparados y con un nivel
altísimo, además de haber más. En Lugo en mi época éramos 20 y ahora son 80.
Uno de los cambios más relevantes es que antes no se ganaba mucho dinero y
ahora sí. El arbitraje es ahora mismo una profesión para un gran número de
colegiados que solo viven para eso y piden excedencias en su trabajo.
Fuente e imagen: La Voz de Galicia
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