Otra batalla campal en el fútbol base balear
En el fútbol balear, la violencia no para. El pasado sábado una nueva
batalla campal entre padres se en el Cardassar-Sant Jordi de cadetes 2ª
Regional de Mallorca. El árbitro, Pedro Vicente Pérez Galera, suspendió el
partido después de que familiares de los jugadores se enzarzaran en una pelea.
El árbitro reflejó en el acta: «Al expulsar a Lleonard Bujosa, el
jugador se encara conmigo y me dice: 'Tú árbitro, eres tonto, me expulsas a mí
cuando es el público el que se mete conmigo».
«Un joven identificado por la fuerza pública como hermano del mencionado
jugador expulsado, se va directamente hacia las personas que discutían con su
hermano y, muleta en mano, se aproxima a ellos. Se gira Lleonard Bujosa y se
sube a la grada, comenzando una pelea entre público de ambas aficiones y el
jugador mencionado, sumándose después el capitán del Cardassar, Julià Sancho,
aunque ni este ni el jugador del Sant Jordi llegaron a propinar ningún puñetazo
gracias a la intervención de ambos cuerpos técnicos».
Quino González, directivo del Cardassar y delegado en el equipo cadete comenta:
«Cuando le expulsan, al principio parece que no quiere salir y después algo le
dicen desde la grada, se gira... Le intenté retener». «Supongo que entre el
cabreo, la adrenalina... Salió hacia la grada y no lo pude agarrar. Y entonces
apareció este hombre y se lió».
«Yo vi a un jugador nuestro recibir un golpe, no sé de quién la verdad;
y sentí la muleta por mi espalda», recuerda quien quedó encerrado en el follón.
«Los chicos querían separar a los padres, pero era mejor que no se metieran en
el follón», incide.
«Fue vergonzoso, la pelea que se montó... Vi a una señora en el suelo y
otra mujer gritaba que parasen. Fueron cinco minutos que no se los deseo a
nadie. Una cosa es verlo y otra es estar metido. Yo llegué a casa llorando»,
indica el delegado del Cardassar, que insiste en que «no hubo ningún otro
problema». Los jugadores se comportaron y nadie se metió con el rival, ni ellos
ni nosotros».
Tófol Aloy, el técnico del Sant Jordi, explica los hechos: «Todo fue en
la grada, porque entre los equipos no pasó nada. Nosotros y el entrenador y el
delegado de ellos estuvimos parando a los jugadores para que no se subieran a
la grada». «Entonces le dije al árbitro: 'Para esto, para y que los jugadores
se metan en el vestuario'. Era lo mejor».
Fuente e imagen: UH Deportes
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