Javier Alberola Rojas y el arbitraje en Castilla La Mancha
Nacido en Ciudad Real hace 26 años, aunque criado y residente en
Toledo, Javier Alberola Rojas arbitrará en la Primera División de fútbol
la próxima temporada,
consigue así el culmen a una excelente carrera desde que a la edad de
14 cogiera un silbato aunque no deja sus estudios de Grado de Educación
Infantil.
"La primera vez que cogí el silbato fue en un partido amistoso.
Estaba viendo en la grada al Arcos (Ciudad Real) y me ofrecieron el pitar el
partido", rememora. "Me gustó mucho, porque siempre me ha tentado la
sensación de dirigir, de tener la responsabilidad de algo, de gestionar la
psicología de los jugadores, en este caso".
Javier se estrenó en el fútbol regional con 15 años. A Tercera División
llegó con 19 y estuvo tres temporadas. Después, pitó dos años en Segunda B y dos
en Segunda. Con 26 años, será el árbitro más joven de Primera y uno de los más
precoces de la historia.
«Es un sueño cumplido. Cuando empiezas a arbitrar sabes que es un
objetivo muy difícil llegar a la máxima categoría», comenta. «Dedico casi tres
horas diarias a la preparación física pero psicológicamente son las 24 horas
porque la preparación de un árbitro profesional es todo el día».
El actual presidente del Comité Técnico castellano-manchego, que cuenta
con casi 800 árbitros, Fermín Sánchez Molina, pionero de la región, que estuvo
diez años, en la década de los 80, en la máxima categoría nacional se mostraba
muy satisfecho e ilusionado con este ascenso: “Llevábamos nueve años sin un
árbitro en la máxima categoría y tenerlo lleva consigo el que los chavales se
acerquen un poquito más. Castilla-La Mancha tiene un arbitraje muy bueno. En el
caso de Javier ha tenido una temporada sobresaliente”.
«Nos faltarían algunos más, pero generalmente las competiciones se van
sacando. Todos los años hacemos unos cursos de captación y alrededor de 100
árbitros entran cada año al comité. Cuesta trabajo atraer a los chavales porque
el arbitraje todavía no se ve como un deporte, pero ahora los árbitros tienen
que hacer unas fuertes pruebas físicas, unos exámenes técnicos… El árbitro
es un deportista más», explica Sánchez-Molina.
Al ascenso de Javier Alberola Rojas se suma al de su hermano Antonio,
que ha subido a Segunda B junto al albaceteño David Cambronero González. Además
el arbitraje castellano-manchego también aumentara su número de asistentes en
Primera división, gracias a los ascensos del toledano Iván Hernández Ramos y el
albaceteño Marcos Cerdán Aguilar.
Fuente: clm24.es
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