Todo sobre la ropa deportiva arbitral en la Operación Soule
Como adelantamos la pasada semana, el juez Santiago Pedraz decretó el
auto de la detención y entrada en prisión provisional de Villar padre e hijo y
de Padrón, acusados de "administración desleal, apropiación indebida,
estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares".
"Villar creó un entramado que permitió desviar fondos estableciendo un
clientelismo tanto en la contratación de personal, que recae fundamentalmente
en familiares, como en la presunta adjudicación de contratos de suministro y
prestación a empresas vinculadas y mediante la obtención de contraprestación
por dichas adjudicaciones", recoge el auto.
En este reportaje, nos vamos a centrar sobre lo que afecta al vestuario
arbitral. Según el auto, el entramado alcanza a la compra de ropa deportiva y
más directamente sobre el vestuario para
el arbitraje de fútbol no profesional.
Por ahora hemos leído que la rama tinerfeña de la trama salpica
directamente a Juan Padrón, que es el presidente de la Federación de Tenerife y
según arroja el auto de Pedraz, se ha llegado a enriquecer con la compra de
ropa deportiva. La RFEF adquiere los uniformes y botas de fútbol a Estudio 2000,
que es de un amigo de Padrón.
Pero la Operación Soule también cuenta con su ramificación en
Elche y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil entraba en
las instalaciones que antes ocupa Puma en el polígono de Carrús.
Unos días después, el auto de juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha
confirmado los motivos de dicha operación en Elche. El magistrado señala que la
RFEF efectuó pagos a la empresa ilicitana Estudio 2000, que dejó de
trabajar con Puma en el 2013, liderada por el empresario Vicente Bernad, y que
actualmente lo hace Pony, por 36,5 millones de euros y en los últimos cinco ha
sido su único cliente. Dicha cantidad proviene de un contrato de suministro de
material deportivo concertado con esa firma, «cuyos administradores están
vinculados por razones de amistad» al vicepresidente de la Federación, Juan
Padrón, y que no ha sido ofertado por la RFEF.
La ropa va destinada a los árbitros o a las federaciones territoriales, que no
saben lo que hacer con ella y que está apilada en un almacén. Las
investigaciones de la UCO ponen en evidencia que desde el año 2012, «Estudio
2000 demanda equipación deportiva de la marca Pony a Distrisa, por la que paga
algo más de tres millones de euros. Recibido el producto, abona unos sesenta
mil euros a la empresa de transporte Azkar para que la reparta. Las prendas
llegan a su destino (federaciones territoriales) y la RFEF paga a Estudio 2000
por esta transacción unos cinco millones de euros», detalla Pedraz en el auto.
El magistrado se muestra contundente en su auto: «Visto que desde
2013 más del 99% de los ingresos de Estudio 2000 provienen de la RFEF, puede
afirmarse que dicha mercantil subsiste exclusivamente gracias a la RFEF. La
suma del saldo de 15 cuentas bancarias de Estudio a fecha 31.12.2016 es próxima
a los quince millones de euros (14.749.137,24 euros)», indica.
Una prueba de lo que recoge el auto, sobre que a ESTUDIO 2000 SA "se
le efectúan pagos desde mucho antes del período en estudio; trabajan con
retraso; y se le adelanta un elevado porcentaje del pago anual total antes de
que entreguen las prendas deportivas de la marca Pony, cuyo precio está
sobrevaluado", es la conversación telefónica que tienen sobre el presidente
de la Federación Cántabra, José Ángel Peláez, con el Gorka Villar (hijo de
Ángel María Villar):
"Yo sacaría la ropa y ese contrato me lo cargaría ya",
dice Gorka, "es un contrato que además tiene 20 años", recalca.
"Bueno pues oye, no disponemos de lo de Pony, han trabajado con muchísimo
retraso (...), ha habido un anticipo de tres millones seiscientos mil
euros", replica Peláez. "Me cagüen su puta madre, joer, me parece una
vergüenza tío", responde Gorka Villar, a lo que el presidente de la
Federación cántabra le dice: "La verdad que el que tenga el contrato éste,
tiene un chollo de putísima madre, tiene garantizado unas ventas de cuatro
millones y medio de euros, haga lo que haga". "Sí, correcto, es una
vergüenza lo del contrato ese, hay que cargárselo ya", sentencia el hijo
de Villar.
Para terminar, Padrón consiguió que Estudio 2000 fuera proveedora del
material deportivo y ésta, a su vez, contrató con Tenerife Sports (propiedad de
dos hijas de Padrón).
El juez apunta sus sospechas de que Tenerife Sport es una empresa
creada para cobrar comisiones en que sólo paga a dos o tres trabajadores y
"resulta difícil determinar el emplazamiento de su única sucursal, ya que
no tiene rótulo comercial ni escaparate, así como tampoco símbolos o
distintivos que la identifiquen y faciliten el flujo de clientes".
"La apariencia externa del local es de inexistencia de actividad
comercial, y la interior de aspecto espartano, con multitud de cajas apiladas y
sin elementos decorativos u otros que animen a la compra o atracción de
clientes", afirma el auto.
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