Valentina, personalidad ante momentos bravos
Si hacemos un viaje por Argentina y vemos partidos de la Liga Cordobesa
de Fútbol podemos ver a una árbitra dirigiendo encuentros entre equipos
masculinos, nos referimos a Valentina Villalba (1993).
Valentina es la menor de cinco hermanos de los cuales uno también es
árbitro, estudia para profesora de educación física. Su familia
no acogió con agrado su ingreso en el mundo arbitral: “Cuando lo conté en casa,
mi papá no quería saber nada. Después fueron entendiendo que es mi pasión, pero
no fue sencillo”.
Su padre a principio la acompañaba a los partidos pero dejo de hacerlo:
“Mi papá ya no me acompaña a la cancha. Vino un par de veces, pero la pasó mal.
Sufría con las cosas que nos dice la gente. Así que decidió no venir más”
Valentina lleva desde el 2011 dentro del arbitraje y durante este tiempo ha
tenido que salvar muchos obstáculos que se ha ido encontrando por el camino. Pero
se ha hecho un sitio dentro del arbitraje: “Valentina ha demostrado
personalidad en momentos bravos. Es de las chicas que lleva más tiempo en
primera y la que ha sido un poco la abanderada. Siempre está con una sonrisa y
va para adelante. Es una personaje...”, la define Joel Nieto, compañero de su
colegio arbitral.
Por el momento, no ha tenido
ningún tipo de incidentes: “Por lo general, los jugadores son muy respetuosos.
Y los hinchas y directivos de los clubes también. Claro que hay gente que te
grita. A veces es más complicado en los cebollitas, por los padres. Me ha
tocado parar partidos y hacer sacar algunos padres por las cosas que les dicen
a los chicos. También están los otros, que te hacen reír.”
Como anécdota cuenta sus peripecias en los vestuarios: “El vestuario es
todo un tema, porque no hay un lugar para cambiarnos. Si estoy con una terna de
varones, primero dejan que yo me cambie y luego se cambian ellos. Si no, muchas
veces me cambio en el baño”
El sueño de Valentina es seguir creciendo: llegar a un Torneo Federal,
a una Primera B Nacional y a Primera División: “Soy así, cabeza dura con las
cosas que quiero. Y si me metí en esto de ser árbitra, es porque veía que podía
ocupar un lugar que no estaba ocupado. Es un avance y como mujer me siento
orgullosa”, se sincera.
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