Tecnología, buena para el juego o para el negocio
Yo tengo la convicción de que el error del árbitro forma parte del
juego, por lo que no considero necesario aplicar la tecnología para re-arbitrar
sus decisiones. Me gusta el juego del fútbol. El negocio no me molesta, para
nada, siempre que no afecte al juego. Lo que no haría es modificar las reglas
del juego para adaptarlas a las reglas del negocio.
Los estadios llenos y vacíos, el césped alto y la hierba recién
cortada, los campos de arena y de cemento, los días de viento helado y viento
sur, los calores ardientes, la lluvia fina y la tormenta, los penaltis pitados
y los no señalados, los goles fantasma y en fuera de juego,…. y los errores
arbitrales. Todo eso y muchas cosas más, forman parte del juego que me
emociona.
Las botas de colores, los futbolistas anuncio, las diademas, gominas,
pendientes, y tatuajes, las camisetas pegadas y las marcas deportivas, y demás
parafernalia, están bien, pero no forman parte del juego… y la tecnología
tampoco.
No estoy en contra del espectáculo. Al contrario. Me encanta. Y también
la cámara superlenta. Quizá sea fundamental para el negocio y el espectáculo
global, pero no mejora el juego. Viene bien para disfrutar todavía más de la
belleza y estética del fútbol, pero no la necesito para juzgar a los árbitros.
Y, en todo caso, por preguntar, si el árbitro hubiera concedido el gol
de Lampard tras ver la repetición, por qué no revisar también el fuera de banda
que da origen al gol y que el árbitro sancionó al revés. Además, el jugador
inglés que lo puso en juego lo hizo cinco metros más adelante… y la jugada
viene de un córner a favor de Alemania en el que Muller colocó el balón fuera
del espacio reglamentario y así…. hasta el saque de centro en el que un jugador
inglés estaba pisando la raya. ¿Dónde está el límite? En un gol claro como el
de Lampard, en un fuera de juego clamoroso, en un penalti escandaloso (o no
tanto), en una falta dudosa en la frontal, en un codazo por una disputa aérea,
en una mano voluntaria (o no)… dónde se aplica y dónde no, la tecnología?.
Desde el inicio del fútbol moderno, hay una persona en el terreno de
juego que es responsable de tutelar el juego, repito, tutelar, no acertar
siempre y que, en base a sus percepciones y con la ayuda de sus dos
colaboradores, toma las decisiones en tiempo real. Su error, como cualquier
error de los que están en el césped, forma parte de la esencia del juego
porque, el fútbol, es un juego de errores. Si no los hubiera, todos los
partidos acabarían 0-0. El error del árbitro, como elemento esencial del juego,
también forma parte del mismo.
Imanol Ibarrondo
Artículo completo en: Incoade
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