Cómo medir el ritmo cardíaco medio y el máximo
Cuando estamos entrenando debemos de tener en cuenta el control
del ritmo cardíaco para que el entrenamiento sea efectivo. Pero hay que tener
en cuenta algunas consideraciones para emplear el ritmo cardiaco correcto para
cada ejercicio.
Los controles del ritmo cardíaco nos ayudan a conocer con que
intensidad estamos trabajando y realizar una previa evaluación si está siendo
positivo el objetivo del entrenamiento, principalmente son útiles cuando se
requiere que se ejercite con una intensidad elevada. Hasta cierto punto, el ritmo del corazón
refleja las variaciones en la intensidad del ejercicio.
Para obtener una buena información sobre el ritmo cardíaco durante
un período de ejercicio, lo mejor es realizarlo 15 segundos inmediatamente
después del ejercicio puesto que el ritmo cardíaco disminuye muy deprisa al
finalizar el ejercicio.
Si no tenemos un pulsómetro, se puede medirse pulsando la arteria
grande de una mano o del cuello. El número de pulsaciones puede contarse
durante 10, 15 o 30 segundos. Para obtener el número de pulsaciones por minuto,
estos valores deben multiplicarse por o, 4 o 2, respectivamente. Cuanto más
largo es el tiempo de la cuenta, menor será el error de la medición.
Es importante conocer nuestro ritmo
cardíaco medio, pero durante un partido la intensidad del ejercicio de un árbitro
varía con frecuencia, depende en parte
de la posición del árbitro respecto a la jugada. Por tanto, para evaluar la
intensidad media, las mediciones deben efectuarse en diferentes momentos del
partido.
Así mismo, es crucial conocer el ritmo
cardíaco máximo a fin de interpretar las mediciones del mismo. El ritmo
cardíaco máximo puede determinarse de un modo sencillo, es dar seis vueltas a
un campo de fútbol a diferentes velocidades:
- Dar cuatro vueltas al
campo de fútbol corriendo a velocidad moderada (dos minutos por vuelta).
- La quinta vuelta a
mayor velocidad (en unos 90 segundos)
- La sexta se corre una media vuelta en unos 40 segundos y, por último, otra media vuelta a la máxima velocidad que puede requerir alrededor de 30 segundos.
Inmediatamente después de acabar la prueba, se cuentan las pulsaciones
cardíacas durante 15 segundos, y este número se multiplica por cuatro para
obtener el número de pulsaciones por minuto.
No obstante, estas mediciones deben repetirse varias veces para tener
la seguridad de que se ha obtenido el verdadero ritmo cardíaco máximo.
Ocasionalmente, han de controlar también los ritmos cardíacos durante los
partidos para concentrarse en aspectos distintos al de la condición física. Hay
que tener en cuenta que la verdadera intensidad en un partido o de un entrenamiento
está influenciada por algunos factores tales como la motivación, el nivel técnico
y la condición del terreno.
¿Qué opinas?