El árbitro y la ayuda psicológica
Con este artículo queremos resaltar que un buen árbitro no sólo debe tener unas buenas condiciones físicas y técnicas sino que además debe contar unas características psicológicas y emocionales básicas. Todo está detallado en este artículo del Coordinador de Psicología y Pedagogía de la Universidad de Cuauhtemoc Guadalajara (México), Manuel Gustavo Zepeda Gómez.
“...Respetando el estilo y personalidad, cada
arbitro debe seguir cierto proceso para alcanzar el mejor rendimiento...”
Realmente resulta muy interesante el tema del arbitraje lo que motiva
nuevamente escribirles algunas líneas sobre Psicología del deporte que pueden
ayudarlos a sobrellevar las situaciones estresantes por las que deben transitar
y ponerlos en conocimiento que hay herramientas que pueden colaborar con los
árbitros y con el desempeño de su tarea. El año 2002 me regalo la posibilidad
de trabajar junto a un colega dentro del arbitraje, dándonos la oportunidad de
obtener algunas características psicológicas y emocionales básicas con las que
deben contar los árbitros, además de las físicas y técnicas.
Algunas de ellas son las siguientes:
·
Control Emocional
·
Seguridad
·
Nivel de atención y Concentración
·
Autocrítica
·
Abierto al aprendizaje
·
Tolerancia a la frustración
·
Perseverancia
- Autodisciplina
Tanto espectadores, dirigentes, entrenadores, deportistas atribuyen sin
medida a los árbitros de definir un partido, de que generan violencia, esto no
sólo ocurre en el fútbol ni en nuestro país sino que es a nivel internacional
en mayor o menor medida y en todos los deportes. Por esto considero que el
arbitraje en general debería contar con árbitros con éstas características
además de las diferenciales en relación a cada deporte específico.
El árbitro de fútbol, al salir a la cancha debe estar preparado para
escuchar cosas como: ladrón, vendido, fracasado, animal y demás insultos ya
conocidos que no vale la pena aclarar y eventualmente para la agresión física.
Tampoco esto ocurre solamente en las categorías más altas (1º división)
sino en todas las categorías del fútbol, siendo muchas veces más inseguras dado
que las instalaciones no están debidamente preparadas para la seguridad del
evento en general. La Historia nos deja algunos casos en la memoria además de
ver muchas veces salir al árbitro con custodia policial.
Por lo expuesto anteriormente, y dadas las circunstancias todos pueden
discutir, insultar, agredir pero él único que no puede perder la cabeza es el
árbitro. Pues en su figura reside el orden, el juego limpio, la autoridad, el
respeto, la buena comunicación, el control de la agresión y de los impulsos. ¿Que
nos hace pensar que un árbitro no se enoja, no se molesta, no se ofende? Es
aquí donde aparece una de las características principales del arbitraje: su
control emocional.
Todo el entorno deportivo, el deporte y la competencia en sí misma
generan una suma de emociones: nervios, ansiedad, duda, enojos, exceso de
activación, pensamientos negativos en relación al desempeño etc. Todas estas
emociones son controlables y se puede ir mejorando su influencia en el
rendimiento deportivo con entrenamiento, con técnicas de relajación,
respiración y visualización. Trabajando con aquellos pensamientos negativos que
sacan de la tarea específica al deportista y lo desconcentra.
La seguridad, el sentirse seguro tiene relación con la autoconfianza y
la autoeficacia. Y la autoconfianza es la confianza que cada uno tiene en
sí mismo de realizar esa tarea para la cual se prepara, y se entrena. Es
saberse capaz. La autoeficacia es la convicción de uno mismo de poder ejecutar
con éxito una tarea para producir un cierto resultado.
Eso significaría que con instrucciones positivas de autoeficacia se
podría mejorar cualquier actuación contando con destrezas necesarias, pero
muchas veces bajo estados de presión externa hasta aquellos mejor preparados
pueden dudar de sus propias capacidades.
En un deportista se puede ver esto en el rendimiento en competencia,
pero en el arbitraje ¿dónde los observamos? En la toma de decisión ya que es
una de las situaciones más difíciles, donde el número de decisiones que se
toman por partido es alta y la posibilidad de error está presente siempre.
El punto es saber que se puede equivocar, que no se es infalible, que
existen posibilidades de error y que una vez que la decisión está tomada no hay
vuelta atrás. Por éste motivo la seguridad de lo cobrado es importantísima,
independientemente de las quejas, gritos, etc. Ya que si nos quedamos pensando,
dudando en la decisión tomada anteriormente no podremos seguir estando en el
resto de la competencia, ya que nuestro pensamiento estará en aquella duda o en
aquella decisión.
Tampoco nuestra toma de decisión se debería ver influenciada por la
presencia de cámaras de televisión que luego marcaran el error desde todo tipo
de ángulo, tenemos que sabernos capaces, sentirnos seguros de que la decisión
tomada está de acuerdo a lo observado en el momento, desde el ángulo donde se
estaba y con la certeza de que la concentración estaba en el aquí y ahora. Es
por eso que el nivel atencional y la concentración son las otras
características, ya que entrenando la concentración, permitirá obtener más
seguridad sobre donde estaba puesto el foco atencional al momento de tomar la
decisión. Sí la atención estaba más abierta y dispersa en el momento de la
decisión, provocará duda sobre la situación específica cobrada. Y cuando se
duda no sólo se da cuenta la persona que lo hace, sino que a través de la
comunicación gestual, el tono de voz, el estilo del pitazo, los otros también
lo detectan y se generan así los cuestionamientos. La autocrítica se relaciona
con la posibilidad de verse luego y poder detectar los errores y también los
aciertos del desempeño.
¿Por qué siempre quedarse sólo en el error? ¿Por qué siempre observarse
en lo que otros resaltan como negativo y no resaltar lo positivo de mi
actuación?
También poder reconocer los errores a fin de destacarlos y poder
trabajar en ellos, poder mejorar aquellos aspectos en los que quizás falte
entrenamiento, poder recurrir a aquellos con mayor experiencia y consultar mis
dudas, todo es parte de la autocrítica. Para esto necesito estar abierto al aprendizaje,
a seguir capacitándome, a buscar nuevas experiencias que permitan un desempeño
cada vez mejor. A veces el pensar que ya se sabe todo, que todo está aprendido,
escrito y/o dicho cierra las posibilidades de crecimiento. Siempre se puede
mejorar un poco más. ¿Quién sabe cuál es su tope realmente? ¿Quién sabe hasta
donde es cada uno capaz de llegar? Tolerancia a la frustración, está
relacionada con saber que se es un ser humano y que el error es una de las
posibilidades. Aquí lo importante está en que un error, una equivocación no es
el fin. El sentirse mal después de un error en una competencia, no debería
tenerme toda la semana pensando en eso, en que si vuelve a pasar “no sirvo para
esto“.
El error puede ser el principio, una vez sucedido, poder pensar que en
la “próxima no ocurrirá “. Poder hacer frente a la adversidad requiere
también fortaleza mental. Superarse a sí mismo es lo fundamental.
Perseverancia y autodisciplina van de la mano, ya que si se realiza algo con la
motivación necesaria hay que dedicarle horas de entrenamiento y para esto hay
que ser disciplinado y constante con el entrenamiento físico y si es posible
con el entrenamiento mental. Dado que la competencia es cada vez más exigente
siempre hay que buscar la forma de un desempeño superior. Hay que tener en
cuenta que a pesar de los errores o las equivocaciones, la perseverancia en la
tarea y el mejor desempeño es fundamental para mantenerse acorde a lo que las
exigencias del deporte hoy demandan.
Nada es imposible, todo es realizable en la medida en que los objetivos
que se establezcan estén de acuerdo a las habilidades físicas, técnicas y
mentales que se posee.
La competencia personal y la superación de uno mismo depende de mucho
trabajo. Ser mentalmente fuerte puede ser difícil pero no imposible de lograr.
A ESTUDIAR
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