El arbitraje: talento o habilidad
En el arbitraje se puede considerar fundamental dos puntos que son innegociables:
la forma física y el conocimiento de las Reglas de Juego y de la competición.
Alrededor de estos dos conceptos hay otros que colaboran para ser un buen
árbitro, como pueden ser: psicología, actitud,… La pregunta es si en el
arbitraje se necesita talento o habilidad, y para contestarnos a este dilema el
ex árbitro internacional Errol Sweeney lo comenta en el siguiente artículo:
“Un joven en Uganda me preguntó si el arbitraje requería talento o
habilidad. Debo decir que la pregunta me sorprendió un poco porque desde
mi propia perspectiva, cuando comencé en 1970/71, no era algo en lo que
siquiera había pensado.
Simplemente me encantaba jugar al fútbol, aunque nunca alcancé
grandes alturas. Era un jugador aficionado razonable y lo disfruté mucho hasta
que, una noche, me animaron a unirme al arbitraje
Realmente no puedo decir si es un talento o una habilidad. Como le
dije al interrogador, es como cualquier profesión, si pudiera llamarlo una
profesión. Se necesita mucho aprendizaje, trabajo duro y un conocimiento
completo y claro de las Reglas de Juego.
Significa tener nervios de acero, determinación directa y la voluntad
de sacrificar mucho tiempo y dinero, en algunos casos, para hacer un trabajo
ingrato e ingrato, pero del cual se puede obtener un tremendo sentido de logro
y satisfacción.
No creo que sea un talento. Los oficiales del partido vienen de
todos los ámbitos de la vida: banqueros, abogados, policías, empleados de
oficina, barrenderos…. yo era músico y tocaba en bandas para ganarme la vida.
Si se trata de una habilidad, debe perfeccionarse y desarrollarse
durante un período de tiempo, como todas las habilidades. No se despertarán
mañana por la mañana después de un año o dos con el silbato y esperan ser
puestos en la lista de árbitros internacionales de la FIFA. Si esa es tu
idea, entonces olvídalo.
Si es tu intención alcanzar uno de esos lugares, prepárate para el
trabajo duro y el sacrificio, porque es un camino largo, difícil y, a veces,
solitario hacia la cima. Y luego, con todo ese trabajo, aún puede que no
consigas tu objetivo”.
Fuente: Sport 24
Muy interesante
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