El árbitro y su soledad
En esta etapa de la vida en donde las redes sociales nos invaden por
todos los sitios y por cualquier motivo, en algunas o muchas veces nos
encontramos solos. Luis Cernuda decía: «Cómo llenarte, soledad, sino contigo
misma…», y esta es la que el ex colegiado Pérez Lima nos describe en
el siguiente artículo como amiga del árbitro:
“Por todos es sabido que la carrera y la vida de un árbitro de fútbol son
duras. Un elogio cuesta una infinita lista de aciertos, sin embargo, un fallo
te condena a la crítica. Ante toda esta corriente de oportunismo y falsedades
que rodea al mundo del arbitraje hay algo que nunca se separa de ellos, la
soledad, su mejor y más fiel compañera.
En la temporada 85/86 me embarqué en esta aventura, ser árbitro de
fútbol. Con frecuencia, desde un principio, me preguntan: ¿Cómo alguien se
puede hacer árbitro de fútbol? Todo el mundo quiere ser Cristiano
Ronaldo, Messi, Puyol, Casillas, etc. ¿Pero árbitro? Y no les falta razón:
recibes golpes por todas partes, tanto metafórica como literalmente, y cuando
las cosas salen bien parece que es tu obligación o pasaste desapercibido, es
decir, nadie valora el trabajo que has realizado.
Cuando saltas por primera vez a un terreno de juego, sin saber
colocarte bien las botas, ves raro el subirte las medias hasta las rodillas y
ponerte la camisa por dentro. En ese momento, se te acerca una amiga que te va
a acompañar siempre, y con los años te darás cuenta que sólo puedes
confiar en ella, la soledad. Cuando empieza la "música de
fondo", que va acompañada de silbidos e insultos, en más de una ocasión se
te pasa por la cabeza salir corriendo o echarte las manos a la cabeza, perderte
por unos minutos en tu mundo, entonces ahí está ella, a tu lado, no te abandona
jamás, la soledad siempre está ahí.
La experiencia que te va dando dirigir encuentros de fútbol, es la que
te hace ver que la "música de fondo" es parte de este
espectáculo-deporte-negocio en que se ha convertido hoy en día el fútbol. Todos
bailamos al ritmo de la música que marca la federación o dicho de otra forma,
los clubes, los directivos, aficionados, jugadores, árbitros… Todos ven el
arbitraje como un mal necesario, y si queremos que el fútbol respete a
este deporte, se tiene que valorar más el trabajo que desempeñan los árbitros
todos los fines de semana, y cambiar de mentalidad para convertirlo en un
bien necesario.
Empecemos juntos a buscar soluciones a los problemas del
arbitraje, olvidándonos de utilizarlo para tapar todos los huecos o malas
gestiones del fútbol.
Es la parte del fútbol menos agradecida, son raras las
felicitaciones, siempre se acercan a ti con otra intención, buscan algo a
cambio, recordarte un mal día, decirte que el compañero de la semana
pasada perjudicó a su equipo, o que prefieren a este o aquel árbitro. Eso sí,
con mucha elegancia y de forma subliminal. Y si pierden algún partido a causa
de un error tuyo... ¡Tranquilo! Ese equipo te lo va a recordar mientras te
vistas de corto, aunque llegues a la categoría máxima o pites una final de un
mundial, da igual, cada vez que tengas que imponer justicia a dicho equipo, o a
cualquier conjunto de su cadena de filiales, tranquilo que sacarán el choque
en el que desgraciadamente te equivocaste en su contra, aunque les hayas
arbitrado 1000 veces después de ese día y hayan ganado, sólo recordarán aquel
en que los perjudicaste. Y si vas a dar una conferencia a ese municipio siempre
hay alguien que preguntará que te pasó aquel día que no pistaste aquella jugada
y su equipo perdió.
Cuando los compañeros están a tu lado y los directivos del comité
confían en ti, llevarás como la "seda" las protestas y dificultades
que suelen surgir en los partidos. Pero ante las inclemencias te quedas solo.
Ante una agresión, los aficionados, jugadores, directivos, medios de
comunicación, federativos y compañeros, sólo estarán presentes para
la foto y castigar públicamente los hechos. Cuando las luces
se apagan, empezará el run run de los pasillos, por
detrás, lejos de tus sensibles oídos, a escondidas como si fuese
un secreto: "Eso le pasó porque es muy chulo, se lo tenía
merecido, es que es muy malo, no estaba preparado para aguantar la
presión", o cosas similares. Siempre buscan algo para dejarte mal en
el colectivo. Nunca piensas que eso te pueda ocurrir a ti, “eso le
pasa a otros, a mí no me va a pasar porque tengo el apoyo de mi comité”.
Pero cuando el problema es tuyo todo cambia, los primeros días te llama
algún directivo o el presidente para preocuparse cómo estás,
pero según cuelga el teléfono se frota las manos y dice: "Ya
cumplí con mi obligación". Con el paso de los días los compañeros
dejan de llamar, los directivos que tanto te querían, ya no
están a tu lado, y como los llames muchas veces, no te van a coger el
teléfono, pero ahí estará tu compañera, la soledad.
Cuanto antes empieces a ser fuerte y a confiar en tu amiga la soledad,
antes te irá mejor en este difícil y complicado mundo del arbitraje.
Ante las dificultades no llores ni te lamentes, levántate pronto
y mira al frente, eres árbitro, tienes que recuperarte lo antes posible,
hay que estar siempre preparado mentalmente, si muestras síntomas de
debilidad, comenzarán los comentarios del tipo, “no está preparado para
esto, es muy débil”. Ante los insultos y los golpes cabeza alta y mirada al
frente, con ganas de volver a dirigir un encuentro lo antes posible, los
indicios de debilidad sólo en casa. Tienes que saber “navegar por estos mares”,
con un poco de psicología y picardía, tanto dentro como fuera del campo.
Hay demasiada competencia y no te puedes fiar de nadie, y mucho menos
de los directivos del comité, que buscan en ti debilidades con la intención de
tener la oportunidad de cebarse con tu desgracia, al igual de contentar a otras
delegaciones poniendo como excusa que estás mal, ya que tú mismo se lo dijiste.
Gracias por estar siempre ahí, mi inseparable, consejera e
inconfidente, mi amiga: “La
soledad"”.
Artículo escrito por Manuel Ángel Pérez Lima en VAVEL
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