Enrique Lluna Olarte, la otra cara del arbitraje
Lleva ocho temporadas en Tercera División y puede presumir de ser uno
de los colegiados con más partidos dirigidos en esta categoría de los últimos
años al sobrepasar los cine partidos (104), pero a sus 33 años ya lo consideran
“viejo” para el arbitraje, puesto que la edad máxima para ascender a Segunda B
son 30 años.
Enrique Lluna Olarte es un joven valenciano, criado en Castellón, que trabaja
como ingeniero técnico de diseño y con mucho sacrificio compagina su profesión
con el arbitraje. Comenzó como colegiado en el año 2.002 y su debut en Tercera
División fue en agosto de 2010. A pesar de todo, Enrique mantiene viva su
ilusión.
¿Cómo empezaste en el arbitraje?
Era portero de segunda regional y la última temporada me lesioné la
cadera. Mi padre tenía compañeros de trabajo que eran árbitros y me dijo que
probara en el arbitraje si quería seguir ligado al fútbol. La sorpresa fue
cuando llegué al comité, allí había cinco o seis chavales del colegio donde yo
estudiaba y que eran amigos, me metí ahí y hasta ahora.
¿Tu peor recuerdo?
Fue en 1ª Regional en Torreblanca contra el Burriana y al salir del
campo, cuando pité el final, todo el público se metió en el túnel de
vestuarios, el delegado “paso olímpicamente de mí”, los jugadores me decían:
“Llama, llama a la Guardia Civil que tú de aquí no sales”, no me pegaron pero
me cayeron escupitajos por doquier. Lloré de impotencia. Me tocó hacer el acta
en el Comité.
¿Los árbitros están protegidos
en las categorías inferiores?
No, para nada, estamos totalmente abandonados. En tercera puede que sí,
voy a un campo, sé que el delegado está conmigo, hay algo de respeto, pero el
fútbol base, 1ª y 2ª Regional el árbitro va solo al campo y muchas veces el
delegado ni aparece, tenía que haber más protección.
¿Es duro que te acusen de
haberte equivocado cuando lo hacen por desconocimiento del reglamento?
El año pasado, en una falta con tarjeta, el jugador es atendido y con
la nueva norma el jugador puede mantenerse en el terreno sin tener la
obligación de salirse del mismo. En el campo la que se montó…todo el mundo: “Árbitro,
árbitro que tiene que salir…”. Te sientes impotente.
¿Qué le dirías a un joven hoy
para que se metiera en el mundo arbitral?
Diciéndole que sí le gusta el fútbol esta es una manera diferente de
vivirlo, que se aprende muchísimo, coges experiencia, ves mucho fútbol y que lo
importante es disfrutarlo.
Entrevista completa en: Castellón Diario
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