Reflexiones sobre árbitros y sus errores
Siempre que se habla de los árbitros de fútbol es con motivo de algún
incidente en su desempeño, que ha causado “daños” irreparables para alguien.
Quisiera aprovechar esta oportunidad para reflexionar sobre determinados
conceptos que creo son de vital importancia en el desarrollo de la vida tal y
como hoy se entiende y que tienen un importante reflejo en el mundo de los
árbitros de fútbol:
1. Las instituciones
¿Quién gobierna a los árbitros? ¿Quién los elige y de qué forma? ¿Quién
les dota de las herramientas necesarias para poder ejercer adecuadamente su
labor? ¿Cómo se les forma? ¿Cuáles son los principios éticos que rigen a ese órgano
de gobierno de árbitros? Creo que las respuestas a estas y otras cuestiones
básicas, deberían ser los fundamentos en los que construir una institución tan
esencial para el funcionamiento de una actividad, en este caso deportiva, como
es el conjunto de árbitros.
2. La necesidad de un árbitro
Es muy difícil encontrar la autorregulación y resolución autónoma de
incidencias en un colectivo. En mi opinión para concebir la vida en sociedad es
preciso hablar de la existencia de árbitros. En el fútbol son parte esencial y
determinante.
3. La justicia
Existen instituciones que establecen unas reglas o normas y mediante
árbitros formados en esas reglas, se decide sobre lo acontecido con total
objetividad y en base a la información disponible para la toma de decisión.
¡Qué difícil es ser objetivo!, eso en sí mismo, tiene un altísimo nivel de
dificultad, pero además es que el nivel de información necesaria para decidir y
el tiempo de decisión son muy escasos en el mundo del fútbol.
4. El error humano y los métodos para
intentar limitarlo
¿Por qué sometemos a los árbitros a una decisión desinformada cuando
puede resolverse con soluciones tecnológicas?
5. Los tópicos interesados
Es muy habitual que se justifique la no utilización de herramientas
tecnológicas en asistencia del equipo arbitral con argumentos carentes de
fundamento como: “eso es lo que da vida al fútbol”; “lo que crea interés y
polémica”; “es el método tradicional y modificarlo daría mucha lentitud al
juego”, si todos los argumentos son esos o parecidos…
6. El equilibrio vs. la parcialidad
Es misión del árbitro es equilibrar, tranquilizar, que no ralentizar el
juego. Es preciso dejar competir con fuerza pero limpiamente, y es preciso
también eliminar cualquier tipo de actuación punible. Pero, qué difícil es la
imparcialidad cuando se está viendo jugar a nuestro equipo.
7. El respeto
El árbitro necesita, para poder ser eficiente, crear la confianza y el
respeto necesarios para ejercer su función. También es preciso que el árbitro
trate con respeto a los jugadores y cuide del respeto que unos deben de tener
con otros, en beneficio del espectáculo. Una cosa es competir y otra el
desprecio y la falta de respeto.
8. La fuerza de la mentira
La provocación disimulada, la agresión encubierta, la teatralidad
intencionada, son premiados en muchos casos por las aficiones y como
consecuencia de ello son justificados por muchos. Para los árbitros es muy
difícil de distinguir, pero en muchas ocasiones, a posteriori, se descubre el
engaño, en estos casos siempre deberían actuar las instituciones pertinentes y
castigar muy severamente al autor y a su equipo, al objeto de erradicar de los
campos las actuaciones teatrales y los comportamientos provocadores y
engañosos.
9. La violencia
Es en esta materia en donde el árbitro debe actuar firme y
decididamente para evitarla con actuaciones preventivas y en el peor de los
casos, castigarla con toda dureza y sin ningún tipo de consentimiento. Pero hay
otro tipo de violencia en dónde los árbitros y las instituciones tienen un gran
campo de actuación, y es la violencia que se genera en las gradas. Hay que
establecer castigos siempre ejemplares que hagan de las gradas el sitio
agradable desde donde nos gusta ver el espectáculo del fútbol.
10. La humildad
Es en la humildad, en los comportamientos y en la escenificación de los
mismos en donde se manifiesta la grandeza de la autoridad.
Escrito por José Ignacio Rivero
Artículo completo en: Sport You
¿Qué opinas?