Directrices para ser un buen árbitro
¿Qué podemos hacer para llegar a Primera División? Es una pregunta que
los jóvenes árbitros se hacen con frecuencia, el ex árbitro Manuel Ángel Pérez Lima da la
respuesta a esta cuestión en el siguiente artículo:
Muchos colegiados se quedan en la
monotonía, en lo fácil, en lo común. En las siguientes líneas te recomendaré
una serie de puntos para salir de esa corriente en la que se quedan muchos
buenos árbitros, para llegar a las cotas más altas de este bonito deporte, el
arbitraje.
Al terminar una conferencia
o cuando charlo con algunos compañeros, la pregunta que con
mayor frecuencia me hacen es la misma, y se repite
constantemente, ¿qué podemos hacer para llegar a Primera División? Me sorprende
mucho que la gente piense más en llegar a Primera División, que en preocuparse
en hacer deporte. Todos quieren que les diga
la pócima mágica para conseguir llegar a la cima.
En las próximas líneas voy a
intentar desgranar todos los ingredientes, y el
tiempo de cocción necesario para que esta mezcla nos pueda
ayudar a conseguir nuestros objetivos, llegar a Primera División,
o disfrutar de este maravilloso deporte que es ser árbitro de fútbol.
Tenemos que olvidarnos de los
tópicos, si os fijáis últimamente estamos oyendo en las
delegaciones o foros de árbitros la siguiente frase: hay que pasar
desapercibido. Esa forma de arbitrar agradando a todos, pasando la mano por
arriba a los jugadores, permitiendo todo tipo de cosas, crear vestuarios que no
están ni para criar animales, tarjetas que se sacan y no se ponen en el acta,
permitir personas no autorizadas en vestuarios y banquillos, “hablar con
compañeros de temas extra-deportivos que sólo consiguen anularte”, pensar que
se logra más en las delegaciones que en los terrenos de juego, hablar mucho y
trabajar poco. Hay que concentrarse sólo en la parte deportiva y
olvidarnos de todo lo que no sea nuestro cometido, de todo lo innecesario.
Lo primero que aprendemos como
árbitros es a dirigir encuentros de fútbol base. Después de unas clases y
algún consejo por parte de los más veteranos, sacamos los partidos bien sin
problemas, incluso nos dicen que lo estamos haciendo bien, ya controlamos la
zona que yo denomino “no problem”.
Una vez que tenemos dominada la
zona: “No problem”, hay que perder el miedo a salir de esta área, hay que
dejar de ser unos vagos y apostar por cambiar de
marcha, nos solemos quedar en la zona “no problem”, porque la
tenemos dominada, nos sentimos seguros y tenemos pavor a los cambios.
Dar un paso más significa que hay
que asumir riesgos, buscar nuevos retos, nos vemos forzados a cambiar de
rumbo, a orientar nuestra voluntad hacia la motivación por mejorar y asumir la
valentía de dirigir los encuentros con mayor rigor, llegando donde los
demás no quieren intentarlo por temor a perder lo conseguido o por comodidad.
Es fundamental cambiar la actitud y pasar de ser árbitros saca partidos, a
árbitros de fútbol de máximo nivel. Podemos utilizar la zona “no problem” como
aprendizaje y una vez controlada dar un paso más allá.
Hay que esforzarse en cada
partido, sea un alevín o uno de Primera División, tenemos que mejorar
nuestro rendimiento, mejorar el nivel, crecer, poniendo toda la voluntad
y estar motivado para darlo todo, estar por encima y demostrar
en cada partido la categoría que figura en nuestro carnet como
colegiado, ésta se demuestra en el terreno de juego dándolo todo
en cada momento.
Concentración
máxima, evitando ser conformista, demostrando siempre que queremos
ser más grandes, no solo en los partidos, también en los entrenamientos, las clases, etc... Siempre intentando
salir de la zona de “no problem” y buscando nuevos retos.
Si estamos arbitrando un partido
aburrido, sin juego, sin tensión, antes de permitir contagiarnos del encuentro,
nos pellizcamos si es necesario para conseguir recuperar la concentración,
y empezar a corregir nuestros puntos débiles, haciendo la
diagonal, acelerando, llevando siempre el balón a la derecha, siempre
buscando una mejor posición. Y es que una simple jugada que nos coja con la
guardia baja, nos puede tirar lo conseguido hasta el momento. En un partido no
hay lugar para la distracción.
Estamos en un momento delicado,
no pretendo que nadie haga cosas que no quiera hacer, y mucho menos ofender a
algún compañero, pero lo queramos o no, muchos árbitros se quedan en la
zona “no problem”, y no arriesgan, están dejando pasar una
oportunidad magnífica para aprender a darlo todo en
cada momento, ya sea en un partido, entrenamiento, o un examen.
Independientemente de la categoría que tengas en este preciso momento, es mejor
arriesgar y dar un paso hacia delante, que quedarte corto con la
mediocridad y la vagancia, con las que no vamos a ninguna parte.
Los árbitros tienen cierto
reparo en hacer cosas diferentes, es mucho más cómodo seguir la corriente
de la mayoría, pero os puedo asegurar que realmente lo mejor que te puede
pasar en este deporte es cuando sales de la normalidad, de la
comodidad de dirigir un encuentro lejos de la jugada, intentando
convencer a los jugadores con diálogos, comportándote como si fueran tus
amigos. Cuando asumes la valentía de darlo todo en cada partido te ganas
el respeto de los jugadores, aficionados y de tus dirigentes, que verán en ti
un candidato a subir de categoría. El respeto se gana con tu trabajo sobre el
césped.
Creo mucho en este deporte que
tantas alegrías me ha dado, como es el arbitraje, no sólo por el simple
hecho de hacer deporte sino por los valores que nos transmite desde que
decidimos hacernos colegiados; tener tranquilidad en situaciones límites,
ser solidario, ser justo, tener lealtad, respeto hacia los demás y
así mismo, cooperación, autonomía, participación, tolerancia e
integración, valores esenciales que nos ayudarán no sólo como
deportistas sino para afrontar nuestra vida.
Para mí el árbitro de fútbol es
una mezcla entre un corredor de 800 metros y un especialista en
reglas de juego. ¡A qué esperas, cambia de marcha y sal de la
zona “no problem”!
Artículo escrito por Pérez Lima en Vavel
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