Zulema González: La primera gallega con escarapela FIFA
Zulema González (Orense - 1992) se ha convertido este año en árbitra
internacional siendo la primera gallega de la historia en serlo. Actualmente dirige
en la Liga Iberdrola, máxima categoría del fútbol femenino de España, y en el grupo gallego de la Tercera División.
¿Lo esperaba?
Era poco probable conseguir la plaza porque supone la quinta para
España. Con el nivel altísimo que tienen las cuatro que ya eran internacionales
era complicado que se produjese un cambio, pero bueno, hice el trabajo que
pude. Entonces llegó la quinta plaza internacional para España y encantada de
la vida. He ido trabajando duro en los últimos años aun sabiendo que era
complicado que surgiese la posibilidad en este momento. Es una gran recompensa.
¿Y a partir de ahora?
En enero me voy a un curso de iniciación en Lisboa en el que te
analizan en diferentes materias que impone la FIFA. También te prueban en
condiciones físicas, conocimiento de las reglas, nivel de inglés...es como una
forma de comprobar que realmente tienes el nivel para ser internacional.
¿Se reconoce el trabajo que hay
detrás de un árbitro?
La especialización del árbitro es enorme, el trabajo que hay detrás es
gigantesco. Dedica más tiempo que los jugadores a cada partido. Es algo que no
solo sucede en el fútbol profesional sino también en otras categorías. Es toda
una semana dedicada al partido que vas a arbitrar, no solo las horas que
entrenas físicamente. La preparación afecta a otros muchos aspectos.
¿Algún consejo para los noveles?
Recuerdo que antes de arbitrar mi primer partido con doce años mi tío
Manolo me insistía: "tú, trátalos de usted". Y claro, yo iba a
arbitrar a niños que tenían menos años que yo. Pero él me insistía en que lo
hiciese así. Llegué al partido de alevines y les hablé de usted. Y ahora le
encuentro el sentido a todas estas cosas.
Para finalizar destaca:
Se está perdiendo el miedo a arbitrar. Cuando vienen al curso los niños
una de las primeras preguntas que te hacen es "¿me van a insultar mucho,
me pueden llegar a pegar?". Menuda imagen tienen de nosotros que lo
primero que preguntan es eso. Luego se dan cuenta de que no es así y que no es
tan malo como lo pintan.
Fuente: El Faro de Vigo
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