Rotura fibrilar en el gemelo, la pedrada y su tratamiento
La
pedrada o rotura fibrilar en el gemelo es una de las más propensas lesiones que
sufren los deportistas.
LA PEDRADA O ROTURA FIBRAS EN EL GEMELO
1.1.-
Sintomatología
El
paciente nota un pinchado, un dolor agudo que se suele localizar en la parte
interna del gemelo en respuesta a la contracción brusca de las fibras
musculares, pudiendo producirse dependiendo de la gravedad, desde una
contractura hasta una rotura de diverso grado.
CAUSAS DE LA PEDRADA
1.2.1:
Características del gemelo
El
gemelo, es un músculo biarticular, al formar parte con los isquiotibiales en la
flexión de rodilla y junto al soleo, en la extensión del tobillo. Un
estiramiento brusco y desproporcionado, la incoordinación neuromuscular o, la
parada brusca, son las causas más comunes para padecer esta patología.
1.2.2:
Fatiga muscular
Es una de
las causas con mayor influencia en este tipo de lesión. Es común,
extralimitarnos en la actividad física, no respetar los pertinentes periodos de
descanso o, desconocer el umbral de riesgo de un ejercicio o actividad física.
1.2.3:
Pérdida de líquidos y sales
Es otro
de los factores establecidos como más habituales y, se produce debido a la
sudoración derivada del ejercicio, desencadenando todo tipo de roturas y
problemas musculares.
1.2.4:
Condición neuromuscular deficiente
Dicho de
otra forma, insuficiente flexibilidad y escasa tolerancia al esfuerzo. Un
trabajo deficiente o inadecuado a la hora de realizar los pertinentes
estiramientos.
1.2.5:
Calentamiento inadecuado
Unido al
factor anterior, es una de las actividades imprescindibles para preparar la
zona antes de realizar un ejercicio y, su mala ejecución provoca todo tipo de
lesiones.
1.2.6:
Calzado deportivo adecuado
La pérdida
de amortiguación u otro tipo de deterioro así como una elección inadecuada.
1.2.7:
Ejercitarse sobre superficies irregulares frecuentemente
Provocando
una carga mayor en una zona determinada.
1.2.8:
Lesiones anteriores
Sobrecargas,
problemas en el tendón de Aquiles, rodilla o tobillos (que actúan en su
funcionamiento), favorecen la aparición de este tipo de lesión. Si la zona
afectada, ha sufrido una recuperación deficiente y ha cicatrizado mal, se
convierte en un punto frágil favoreciendo la aparición de nuevas lesiones en la
zona.
1.2.9:
Alteración de la columna
Cuando
comienzan a aparecer con frecuencia este tipo de lesiones, toda zona vinculada
a la lesión, por colateral que sea debe ser estudiada, incluida posibles
malformaciones congénita o inducidas en la columna.
1.2.10:
Mala salud general e higiene inadecuada
Los malos
hábitos alimenticios, la falta de descanso, el alcohol, el tabaco y otros,
suelen influir de manera determinante.
1.2.11:
Condiciones ambientales: Frío y humedad
Este tipo
de condiciones dificultan la entrada en calor del músculo, favoreciendo la
aparición de lesiones.
TRATAMIENTO DE LA PEDRADA
Los
tiempos de recuperación y tratamiento se establecen en función de la lesión. A
continuación establecemos unas pautas para su realización.
1ª Etapa (48-72 h)
Objetivo: Disminuir el dolor y
la inflamación.
Actuaciones:
Aplicación
de hielo: Debe aplicarse cada 2 horas durante 10-15 minutos, teniendo en cuenta
que no se produzca un enrojecimiento excesivo de la zona que pudiera derivar en
quemadura.
Compresión:
Mediante vendaje, nos ayudará a recuperar la zona.
Descarga/reposo:
Es lo más difícil de regular, pero quizás lo más importante. La zona debe estar
sin apoyar, en reposo o con la menor actividad posible.
2ª Etapa (3 días a 1 semana)
Objetivo: mejorar el rango de
movilidad, recuperar el rango de movilidad tras el periodo de descargo y reposo
resulta fundamental en este periodo de tiempo.
Actuaciones:
Aplicación
de calor: Una vez reducida la inflamación, la aplicación de calor mejorará la
condición trófica del músculo, facilitando el calentamiento de la zona previo
al trabajo de movilización.
Movilización:
Se trabajará la zona para recuperar completamente su movilidad.
Electroterapia:
Empleando el ultrasonido como elemento principal.
Contracciones
isométricas: Las contracciones isométricas a partir del 4º o 5 º día, favorecen
la orientación adecuada de las fibras lesionadas.
Estiramientos:
Sólo se realizarán en esta fase, si se trata de una distensión que no llegue al
grado de rotura.
Masaje:
Algunos especialistas lo desaconsejan hasta la cicatrización de la lesión tanto
en roturas parciales como totales ya que su aplicación, puede ocasionar un
nuevo sangrado de la zona dañada. Sin embargo, si se emplean técnicas poco
agresivas puede resultar muy beneficioso, sin presentar contraindicación
alguna.
3ª etapa (1 a 3 semanas)
Objetivo: Mejorar la fuerza,
elasticidad y resistencia.
Actuaciones:
Isométricos:
Continuando con el trabajo iniciado anteriormente.
Potenciación:
Se pueden incluir ejercicios activos.
Estiramientos:
Trabajo de estiramientos activos-asistidos y pasivos.
Propiocepción:
Enfocado a recuperar la sensaciones, muchas veces se cree que el trabajo de
recuperación se centra exclusivamente en la articulación pero, también se puede
trabajar el músculo, buscando que sea capaz de reaccionar a las sensaciones de
desequilibrio.
4ª etapa (4 a 6 semanas)
Objetivo: Retomar la
competición o la actividad.
Actuaciones:
Entrenamiento
específico: Se incidirá en el fortalecimiento o potenciación muscular por medio
de ejercicios que reproduzcan las condiciones de la competición.
Se
comenzará con el trabajo excéntrico de baja velocidad para incrementar la
formación de sarcómeros y la recuperación de las estructuras musculares.
Práctica
deportiva: El objetivo principal desde el momento en que se produce la lesión,
es retomar la actividad deportiva. A veces, el ansia de retomar la actividad
produce recaídas al recortar los periodos de inactividad. Antes de competir
debe tenerse en cuenta:
1)
Realizar una ecografía: Para comprobar la correcta cicatrización.
2)
Recuperación muscular: La masa muscular del lado lesionado ha de ser igual a la
del lado sano tanto en el aspecto de fuerza como en elasticidad.
3)
Ausencia de dolor: Es una regla fundamental. Antes de retomar la competición se
debe estar seguro de que las sensaciones son buenas y que el dolor ha remitido.
En caso de reaparecer el dolor, debe suspenderse la actividad.
Estiramientos
de la zona dañada: Es muy importante realizarlos antes y después de la
actividad.
Aplicación
de un vendaje funcional: Es conveniente cuando se retoma la actividad
deportiva, aplicar este tipo de vendajes para aumentar la seguridad del
deportista pero, teniendo cuidado de no convertirlo en una rutina para el
futuro.
Fuente: Mundo training
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