La importancia de la hidratación en verano



Estamos llegando a los meses calurosos del verano, donde la perdida de líquidos durante la realización de ejercicios físicos es muy significativa, especialmente por una mayor sudoración. Una de las recomendaciones para combatir los efectos del calor, es la de mantener un buen estado de hidratación.
LA DESHIDRATACIÓN
Cuando hacemos deporte en condiciones de calor, el riesgo de deshidratación es elevado. Es tarea fundamental prevenirla y combatirla, pues su influencia sobre nuestro rendimiento es negativa. Nos perjudica porque aumenta la temperatura corporal, aumenta la frecuencia cardíaca y se ve alterada la percepción del esfuerzo, lo que conlleva que nos fatiguemos antes. Además, la deshidratación aumenta el uso de glucógeno muscular como combustible energético y perjudica a la concentración.
La deshidratación de más del 2% de pérdida de peso corporal provocará una disminución del rendimiento de la resistencia y el rendimiento cognitivo mental.
¿CÓMO DEBO HIDRATARME?
La respuesta depende de cada uno, en función del tipo de actividad que se practique, la tasa de sudoración, o las horas de exposición al sol.
Durante el ejercicio
Por normal general podemos resumir que lo ideal sería beber, de forma repartida, entre 600 ml y 1 litro durante cada hora de ejercicio. Si aumentamos en exceso esa cantidad, llega un punto en el que nuestro organismo, por la tasa de vaciado gástrico, es incapaz de asimilar todo el líquido. La consecuencia es que se retendrá en el estómago todo ese líquido ocasionándonos malestar
Después del ejercicio
Para ajustar la cantidad de líquido a reponer, el dato más importante es conocer el volumen de sudor que hemos perdido. Para ello, es conveniente pesarse antes y después de entrenar. Debe ser sin ropa para que no se quede en esta el sudor eliminado. Por cada kilo que perdamos durante el ejercicio, deberemos ingerir el 150% en forma de bebida. Es decir, si hemos perdido 1 kilo, habrá que tomar 1.5 litros de bebida.
La cantidad de líquido a reponer debe beberse con frecuencia y espaciado durante 2-4 horas en el periodo posterior a la recuperación. Esto limitará la pérdida de líquido a través de la orina.
¿QUÉ DEBO BEBER?
Cuando sudamos, perdemos electrolitos, que son indispensables para un buen funcionamiento de nuestra musculatura. La bebida de reposición deberá satisfacer estas necesidades. Si solo bebemos agua, no cumpliremos dicha demanda. Además, corremos el riesgo de sufrir hiponatremia. Es un descenso de la concentración de sales en nuestro cuerpo. Esto puede ocurrir por un exceso de agua, por una disminución de electrolítos, o por ambas a la vez. Los problemas que conlleva, son posibles calambres, espasmos y/o mareos.
Es imprescindible que la bebida deportiva contenga sodio. El consumo de sodio en el periodo de recuperación ayudará al deportista retener los líquidos ingeridos. Además, el sodio estimula la sed y aumentará el impulso de beber, por lo que es más probable que se cumplan los objetivos de reemplazo de líquidos.
Fuente: Podium


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