Raúl
Alejandro Ucán Moreno (Escárcega, México, 1975) tiene un lugar en la historia
del balompié campechano, al ser el único árbitro profesional de Campeche que ha
dirigido en la Primera división mexicana. Me
costó seis años de trabajo, esfuerzo y dedicación para llegar a ser árbitro
profesional, pero lo conseguí, estuve diez años en este ambiente con lo que
logré una de mis metas, además de uno de mis sueños, como el de conocer a mi
ídolo de pequeño, Hugo Sánchez, estoy feliz de haber sido árbitro profesional,
contento, pero no satisfecho porque pude haber estado más tiempo. ¿Cuántos años dentro del arbitraje? Antes
que nada, quiero externar que estoy agradecido con Dios, por haberme permitido
estar en el ambiente del arbitraje, fueron 16 largos años para culminar la
carrera que inicié primero en el sector aficionado, después en el profesional y
culminar mi carrera de arbitraje logrando de alguna manera una de mis metas,
estar en la primera división que es y seguirá siendo el anhelo de todo árbitro
en el país. ¿Cómo llegas al arbitraje? Mira
todo inició en mi municipio, en Escárcega de donde soy oriundo, a la edad de 14
años en el sector amateur o de aficionados, estuve como cuatro a cinco años
como asistente, muchos conocidos me decían, inclusive los jugadores, que me
aventara a pitar como central, pero tenía un poco de temor miedo no, porque me
gustaba mucho esto del arbitraje, que luego de terminar las tareas de la
escuela y de la casa, me ponía a repasar reglamentos, para que no la regara
como asistente, así que tenía los conocimientos, solo era cuestión de que lo aplicara
en el terreno de juego. Posteriormente
ya más grande me fui a Chetumal a estudiar mi preparatoria y mi carrera de
ingeniero civil, ahí pues continúo pitando en el sector aficionados, en unas
vacaciones llegando a Escárcega el señor Arturo Sandoval, que era el delegado
de los árbitros profesionales aquí en Campeche, fue a Escárcega a reclutar
gente, asistí a la convocatoria que hizo unos exámenes teóricos y físicos inmediatamente
le llamé la atención. Al
concluir estas pruebas me invita a acompañarlo a una convención de árbitros,
esto fue en el 95 que se realizó en la ciudad de Cuernavaca en Oaxtepec y ahí
ingresé al sector profesional en Tercera División, de acuerdo a las
calificaciones que tenía fui subiendo y llegué a la segunda y obviamente tuve
la oportunidad de estar como árbitro central, auxiliar y abanderado en la
primera división nacional y “A” como antes se manejaba. ¿Cuál fue tu estilo de dirigir los partidos? No
me gustaba ser protagonista, era hasta cierto punto conciliatorio, me gustaba
tener diálogo con los jugadores, hacía que sintieran que, si yo los respetaba,
también ellos lo tenían que hacer, como les dije en algunas ocasiones, somos
compañeros de trabajo, del futbol, ustedes como jugadores y yo como árbitro. ¿Te trazaste la meta de ser arbitro
profesional de pequeño? De
niño no, pero conforme fui creciendo sí, mi meta, mi objetivo, mi sueño, si así
se podría decir era pitar en la primera división, estar en el Estadio Azteca y
Dios me dio la bendición de estar en primera división y arbitrar en el Azteca,
en el Jalisco, en el Cuauhtémoc, en la mayoría de los estadios del país. ¿Satisfecho con lo que hiciste en el
arbitraje profesional? Satisfecho
no, pero sí contento y feliz por lo que logré, cuando consigues algo que te
propusiste te das cuenta que es posible llegar sólo es cuestión de fijarte una
meta, todos tenemos el talento, solo es querer para llegar a la meta que te
propongas. Yo
me fijé una meta, estar en primera división me costó 16 años lograrlo, pero
finalmente llegué, es la prueba de que se pueden hacer las cosas cuando se fija
una meta.
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