Uno de los principales problemas del exceso de sudoración es la
pérdida de sales minerales, que resultan indispensables para la contracción
muscular. Es por ello que nuestra bebida deportiva debe contener electrolitos
que aseguren la reposición de las mismas. Además, si bebemos exclusivamente
agua podemos sufrir hiponatremia (ocasionada cuando nuestros niveles de sodio
en sangre descienden notablemente).
Es frecuente encontrarse con este tipo de problemas en deportistas de
resistencia de larga duración (ironman, maratones, etc) por una mala estrategia
de hidratación en carrera.
Mi bebida deportiva debe contener, además de las sales minerales
(entre 0.5 y 1g de sodio por litro además de potasio y cloro), entre un 6 y un
8% de carbohidratos (CHO) que aporten el combustible necesario a nuestros
depósitos energéticos (unos 60g de CHO/hora aproximadamente). También podemos
cubrir este aspecto mediante geles de asimilación rápida.
En ningún caso, salvo en pruebas de muy larga duración (por encima de
las 4-6 h), deberá contener proteínas. Su asimilación es mucho más lenta que la
de los CHO además de no aportar energía durante el ejercicio. Sin embargo, si
deberemos incorporar proteínas en nuestras bebidas post ejercicio, ya que son
esenciales para la recuperación (aminoácidos como la glutamina aceleran la
síntesis de nuevas proteínas). Las necesidades nutricionales de proteínas se
sitúan cercanas a los 1,8 g/kg de peso/día.
Escrito por:
Jaime González Mancha
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