Lecciones de Vida: María Belén Carvajal, árbitra de fútbol
El 4 de diciembre debuté como la
primera árbitra central en primera división, en el partido de Deportes La
Serena contra Santiago Wanderers. Uno de mis principales objetivos era llegar a
esa instancia, y fue muy gratificante saber que el camino que tomé fue el correcto,
que las cosas que hice para llegar a esto fueron las mejores. Fue un
sentimiento de satisfacción, de que llegué a la meta, porque fue muy difícil.
Nací en San Felipe en una familia
de clase media. Soy la mayor de tres hermanos. Cuando salí de cuarto me decidí
por Educación Física y elegí la Católica de Valparaíso. Todos los
universitarios buscamos pololitos para ganar un poco de plata. Al final de la
carrera impartieron un curso de arbitraje, y con varias de mis compañeras nos
inscribimos. Así empezó todo. Luego, nos comenzaron a llamar de campeonatos de
niños y así fuimos subiendo, pero todo amateur. Después llegaron los
campeonatos de barrio. Todos los fines de semana me tocaba arbitrar. Empezamos
10, pero quedamos solo tres.
Cuando terminé la carrera me fui
a Santiago. Ahí tuve que tomar una decisión: seguir en el fútbol o apostar por
el arbitraje. Y elegí la segunda, porque había una institución más organizada,
existía más responsabilidad hacia el grupo humano. El fútbol femenino de ese
entonces era muy amateur, las canchas eran pésimas, sin camarines, era muy
arriesgado.
La Federación no tenía árbitras,
pero necesitaban. Era un año (2006) que se hacían muchos torneos. Nos dijeron
que si seguíamos ese camino llegaríamos a ser árbitras FIFA, que es el sueño de
todas. Tuve que estudiar dos años en el Instituto Nacional del Fútbol, Deporte
y Actividad Física (INAF). Empecé con varias compañeras, pero muchas se
quedaron en el camino.
En 2010 entré como árbitra
central de FIFA. Empecé a trabajar en todas las divisiones. Uno de mis partidos
más importantes fue mi debut en el fútbol profesional, en la segunda división,
en 2018.
Tener psicólogo es parte de la
pega. Le pedimos hora, nos orienta y nos muestra las herramientas para
intervenir en ciertas situaciones. A veces nosotras también nos sentimos
acongojadas y nerviosas, porque quizás en un partido cometiste un error muy
grave.
La mayoría de los árbitros tiene
otro trabajo. Solo los árbitros del fútbol profesional tienen contrato
indefinido. Los otros no. Yo soy profesora de educación física y trabajo en la
Universidad de Santiago.
¿Mi estilo? Trato de ser lo más apegada
a la regla, pero en el buen sentido. Si tengo que sancionar algo o sacar a una
persona de la banca técnica, no soy permisiva. Pero me gusta que se juegue al
fútbol. No soy de los árbitros que para el juego por lo mínimo. Mientras más
ruede el balón, mejor, porque así los jugadores están pendientes de eso. Soy
muy dinámica en la cancha, busco el punto del partido donde pueda intervenir y
controlar.
El VAR es una buena herramienta,
la gente no puede emitir comentarios si no sabe cómo funciona. Eso me molesta,
que la gente sea poco acuciosa y opine sin saber.
Mi objetivo es arbitrar en la
próxima Copa Libertadores masculina. Estoy trabajando en eso. A finales de
enero me voy a un curso en Paraguay donde tomaré unas pruebas físicas y
teóricas y donde nos podrían dar la opción de participar en algunos partidos. Y
mi otro objetivo es llegar al Mundial Femenino de Nueva Zelanda y Australia en
2023. Para eso estoy trabajando.
Fuente: DFMAS
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