Melissa Pastrana DISCRIMINADA y EXCLUIDA por la CN Arbitraje de Honduras

La árbitra trimundialista hondureña, Melissa Borjas Pastrana (1986), lo vive y lo sufre en carne propia. La FIFA la acaba de calificar con excelencia, para la Concacaf es motivo de orgullo, pero para la Comisión de Arbitraje de Honduras es como un cero a la izquierda.

La árbitra hondureña viene de pitar su tercer mundial femenino en Australia y Nueva Zelanda donde tuvo participación hasta la etapa de semifinales, junto con la asistente hondureña Shirley Perelló. Su objetivo era llegar a pitar la final para imponer el récord de ser la única profesional del mundo en tener en su currículum una final en todas las categorías.

Melissa, llegó a la etapa semifinal, ¿Qué significa eso?

La verdad que en Francia en el Mundial del 2019 llegué a la misma instancia, nuestro objetivo en este era superarlo, desde el momento que llegamos a Sidney el objetivo era estar en la semifinal como árbitra principal y porqué no soñar con esa anhelada final. Al final son decisiones de las autoridades, pero no deja de tener un gran valor para nosotras estar entre las mejores árbitras y asistentes del mundo, eso nos llena de orgullo.

Para FIFA su calificación fue excelente, ¿y usted cómo la califica?

De la misma manera porque soy muy exigente en la cancha, me exijo y exijo. Yo debo ser la mejor, mis asistentes las mejores y la cuarta árbitra la mejor.

Rozó el récord de ser la única en el mundo de pitar una final en todas las categorías...

Sí, pitar una final de un Mundial es lo único que me hace falta, tengo esa espinita. Mi carrera ha sido bendecida. Soy el resultado de un proceso bien llevado, lo inicié con Amílcar Burgos allá por el 2011, luego trabajé con Gerardo Mejía y posteriormente con mi tío Carlos Pastrana quien me enseñó a tener este pensamiento mundialista, a no conformarme y apuntarle a mi participación internacional. Irrisoriamente en mi carrera se me da primero lo internacional que lo local.

Es atípico que usted inició su carrera siendo más valorada en el extranjero y no ha cambiado nada, ¿Qué siente al vivir esto?

Como cualquier persona, en cualquier ámbito hay frustración obviamente, no hay motivación, hay días que yo decía: no vale la pena, para qué ir a entrenar, para qué esforzarse tanto, las cosas no van a cambiar. Pero es precisamente en esos días donde aparece la familia, los amigos cercanos y las compañeras. No puedo dejar de agradecer y reconocer el gran apoyo que me dio la Concacaf seis meses previo al Mundial. Concacaf estaba preocupada por mi situación, no estaba teniendo partidos y me estaban persiguiendo desafortunadamente las lesiones, gracias al trabajo del médico y el fisioterapeuta pudimos salir adelante. A veces sufría hasta un agotamiento mental porque sentía que no estaba trabajando, que mis conocimientos no estaban siendo puestos en práctica.

La falta de partidos era un problema, no tenía ritmo y la parte física es importante para no ser sorprendido durante el juego. Yo le dije a la Concacaf que por favor me sacaran de Honduras porque aquí solo estaba entrenando, entonces me comenzaron a conseguir partidos de tercera división en Estados Unidos. El apoyo de la coordinadora del arbitraje femenino de la Concacaf no tengo cómo pagárselo. Yo fui a la Copa Oro como árbitra VAR y Concacaf me conseguía partidos para que FIFA se informara porque de nada servía que estuviera en Copa Oro en el VAR si a los mundiales voy como árbitra central, estoy adentro de la cancha. Concacaf tomó la decisión de llevarnos junto a Shirley y nos dio prioridad en Estados Unidos. La única forma de agradecerlo y pagarlo era con mi trabajo en el Mundial, estoy orgullosa porque eso se logró, demostré excelencia en la cancha y estoy segura que ese es el reporte que Concacaf recibió de parte de la Fifa.

¿Tan devastada estaba por el mal trato en Honduras que necesitó psicólogo?

Sí, me sentía devastada, agotada, con falta de ánimo y motivación, la fortaleza interna se me terminó, estaba sacando fuerzas de flaqueza de donde ya no había, tenía que buscar una solución. , incluso opté por buscar la ayuda profesional, de un psicólogo orientado al deporte que lo pagué yo así como pagué para recuperarme de las lesiones. El psicólogo me ayudó muchísimo, sobre todo para salir de la burbuja de lo que representaba Honduras y enfocarme en directamente en Melissa, la árbitra para el Mundial, eso me favoreció mucho.

Muchos no se imaginan todo lo que hay detrás de su éxito...

Eso es de desconocimiento totalmente de la Comisión de Arbitraje y del departamento técnico. Ellos cuando les preguntan por mí solo dicen que estoy lesionada o que ando en algún torneo de la Concacaf, pero no saben absolutamente lo que hay detrás de cada preparación, de cada problema. A veces se comete el error de decir que nosotros estamos en el arbitraje solo por dinero y no es así, el dinero es una motivación, una recompensa al esfuerzo, pero también está el orgullo, el renombre de que Honduras es reconocida por estar representada en un Mundial no por una Selección sino que por una árbitra, por Melissa Pastrana. Es bonito ser reconocida, ser embajadora y poderle dar nombre a mi país en algo positivo, eso el dinero no lo da.

¿Se siente perseguida, marginada, víctima de odio o envidia?

Perseguida no puedo sentirme porque como no he dirigido no puedo decir que me castigan por mal desempeño. Odiada no sé, no conozco los corazones de los miembros de Comisión de Arbitraje, sí me siento discriminada, sí me siento excluida, al menos por no tener participación en Liga de Ascenso, no tengo porqué discriminar o menospreciar esta categoría, requiere también un nivel físico alto, pero tampoco ahí me dan la oportunidad. Si no hubiera sido por la Concacaf que me consiguió partidos en Estados Unidos al Mundial hubiera ido otra.

¿Ha pasado por su mente dejarlo todo o buscar oportunidad en otro país?

Sí, he tenido la fortuna de que mi trabajo sí es reconocido en otros países. Sí he pensado dejarlo todo, ha pasado por mi cabeza tirar todo a la basura y decir ya no más, no vale la pena tanto sacrificio, no vale la pena perder sobre todo la paz mental. Pero también pienso que si estas personas lo que quieren es retirarme del arbitraje para qué darles gusto, todo lo que tengo, todo lo que me he ganado en mi carrera ha sido a costilla de nadie. Mi trabajo es valorado en Estados Unidos y en otros países, hablar un segundo idioma me abre puertas. Afortunadamente hay personas que reconocen nuestro esfuerzo y trabajo en otras fronteras, afuera hay muchas oportunidades, se puede dar que me inviten a dirigir algún torneo o algún grupo de árbitros me pida que les dé una charla.

¿Tiene argumentos la Comisión de Árbitros para no tomarla en cuenta?

El argumento que ponen es que no hice la prueba física, eso es lo que siempre han dicho. Otras veces dicen que estoy lesionada, a veces es contradictorio que ellos dicen que estoy lesionada y resulta que estoy dirigiendo algún torneo de la Concacaf. Hay competencia desleal, hay envidia, hay machismo, hay zancadillas, quieren lograr las cosas desinformando y diciendo mentiras.

¿Perdió ya la esperanza de volver a dirigir en la Liga Profesional?

He optado por despreocuparme, yo regresé del Mundial e inmediatamente sentí que era el momento de compartir con mi familia, de desligarme del arbitraje completamente, vengo de tres meses fuera de mi casa, así que decidí ver otras cosas para respirar y cargar energías. Después del Mundial hice la prueba física con Shirley en Australia para renovar el gafete Fifa. Si vienen partidos será a partir de octubre, por eso no descuido mi aspecto físico, estoy trabajando por mi cuenta.

¿Sí la Comisión le dice que se someta a la prueba física para dirigir en primera la hará?

Pues no tengo ningún problema, pero me deberán de dar un poco de tiempo.

Fuente y entrevista completa en: DIEZ


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